Noticias de mi tierra
¿Cuál es le hecho diferencial gallego? ¿Qué es lo que nos distingue, como seres humanos, del resto del país, del resto del mundo? ¿El pulpo á feira? ¿el desdichadamente obsoleto belén de Begonte? ¿La gaita autóctona, tan dichosamente diferente a la escocesa o la asturiana? Como todos esos elementos, aún resultando simpáticos y entrañables, tienen más bien poco entidad, los lumbreras que cogobiernan en mi tierra - y que son, con mucho, el partido menos votado en las cuatro provincias, manda huevos - se han emperrado en cambiar el nombre a la cosa: usemos Galiza por Galicia, que eso sólose nos puede ocurrir a nosotros. Toma castaña. Castaña gallega, por supuesto, que empieza ya a empedrar los soutos y a crepitar en la lumbre.
Lo del hecho diferencial gallego - o catalán, o vasco, o salmantino, o calagurritano - es una solemne estupidez. Si algo he aprendido después de muchos años de viajes y de conocer a gente de decenas de países, es que el ser humano se parece mucho más de lo que les gustaría admitir a aquellos que hacen de una banderadel lugar de nacimiento. Todos queremos más o menos las mismas cosas: estabilidad afectiva, comodidad material, realización personal a través del trabajo y de nuestras relaciones sociales. Lo esencial es idéntico. El resto es puro folklore. Unos tocan la gaita, otros la bandurria, otros la balalaika. Unos comen pulpo, otros chupan huesos de yak, otros se ponen hasta la corcha de chicha mascada mientras en las antípodas se empimplan con cerveza. Unos bailan la sardana, otros la lambada o la muñeira, y eso no influye en su geografía humana.
Por eso me parece absurdo dar la matraca para cambiar hasta las cosas menores con el único objetivo de dar la nota. Y mientras Bieto Lobeiro - hermoso y enxebre nombre el suyo. Imaginen el trauma si se llamase Juan Gutiérrez - expulsaba del parlamento a un pepero que llamaba a las cosas por su nombre y a Galicia por el suyo, a Touriño le echaban los perros encima por culpa de los dineros invertidos en reforma. Dos millones de euros para mejorar las dependencias del Presidente. Los suyos se han apresurado a asegurar que sólo el 10% del gasto corresponde a obras en el despacho de Touriño. Pero el 10% de 2millones son 200.000 euros. Treinta y tres millones de psetas en redecorar un despacho. Con ese precio, te compras en Lugo dos pisos apañados, así que, humildemente, me gustaría saber en qué se ha gastado el presidente de la Xunta semejante pastizal.
Cuando el BNG llegó a la Xunta, me contaron una historia que di por buena sólo a medias: al parecer, Quintana había equipado con minibar el coche oficial. Ni lo creí ni dejé de creerlo. No conozco a Quintana, así que no sé si es capaz o no de semejante tropelía. Sólo me dije a mí misma que, si eso fuese verdad, sus socios de gobierno acabarían llamándole al orden al hilo de la frivolidad, lestupidez y el dispecndio. Nadie dijo nada. Ahora que sabemos que Emilio Pérez Touriño se ha gastado treinta y tres kilos en reformar el despacho, y más del doble en comprar un nuevo coche oficial, recuerdo aquel capítulo del Lazarillo en que el ciego se da cuenta de que Lázaro come las uvas del racimo de tres en tres. Cuando el niño pregunta al ciego cómo se ha dado cuenta, el responde: "porque yo las cogía de dos en dos, y tú callabas".
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