domingo, 25 de septiembre de 2011

El misterio de las zamburiñas

Sí, ya sé que es un título raro, pero todo tiene su porqué.

Antes que nada, os dejo el link de la página de FB de mi nueva novela, "La vida después", donde dentro de un par de días colgaré las primeras páginas de la novela:

http://www.facebook.com/pages/La-vida-despu%C3%A9s-de-Marta-Rivera-de-la-Cruz/223725977681512

Al lío: este fin de semana estuve en Lugo, en la semana de cine que organiza cada año Fonmiñá. Se vino conmigo el director Antonio del Real, a quien pasee por Lugo y adentré en los secretos de la gastronomía gallega.

De ahí el título. las zamburiñas fueron la mayor de las sorpresas que se llevó Antonio, que nunca las había probado.

Los gallegos estamos convencidos de que todo el mundo sabe lo que son las zamburiñas, esas vieiras pequeñitas y mucho más sabrosas, que tienen infinidad de posibilidades gastronómicas. Pueden tomarse en salsa. Y al horno. Y en arroz. y a la plancha. Hasta con pasta, como las preparé yo el otro día. El mundo es un lugar mejor gracias a que existen las zamburiñas. Por eso me parece increíble que haya gente que va por ahí ignorando su existencia.

Pero Antonio no es el único ignorante, qué va. La primera zamburiña de su vida se la tomó Vargas Llosa en mi presencia. Fue en Lugo, hace como mil años o algo así. El hombre - que llevaba el aura del Premio Nobel alrededor desde el principio de los tiempos - no daba crédito con el sabor de aquellos bichitos que nos sirvió gratinados, Alberto García, uno de los magos de los fogones gallegos.

- ¿Y como dicen que se llama? - decía el escritor.
- Zamburiñas

Y Vargas Llosa repitió varias veces la palabra, en su sabroso mantra, no sé si para recordarla mejor o para regodearse en la eufonía del asunto. Zamburiñas, zamburiñas, zamburiñas.

Para aquellos que amamos la buena mesa - ahora, como estoy a régimen, amo incluso la mesa mala: hoy me sorprendí fantaseando con un perrito caliente, ya veis - los descubrimientos gastronómicos son un motivo más, de los muchos que hay, para seguir viviendo. La posibilidad de hallar nuevos sabores, de platos ignotos, es también un acicate para tirar "palante", como diría el poeta.

Yo últimamente he descubierto el pez mantequilla con trufa: un milagro de los japoneses. Cuando estuve en Perú descubrí el sabor de los aguacates de allá - palta, les lleman - y la suavidad de la carne de la alpaca, que probé con el miedo a encontrarme un sabor bravío que solo existía en mis prejuicios. También el maíz gigante, que es dulce y pastoso. Y el pisco sour auténtico, que consumido con cierto descontrol y recién aterrizada provocó el mí un efecto curioso.

Alguien dijo una vez que a quien no le gusta comer tampoco le gusta vivir. Yo no me atrevo a aplicar semejante máxima, pero no me fío de las personas que miran la comida con asco, que comen como si eso fuese parte de un sacrificio. Comer, también cocinar,es un placer al alcance de casi cualquiera. Porque en el mundo, además de las zamburiñas, están también los macarrones guisados, y la ensaladilla rusa, y la tortilla de patatas.

En fin, que se nota que tengo hambre. Para distraerla, pienso en mi novela. Y eso, me temo, también me abre el apetito.

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domingo, 18 de septiembre de 2011

Días de muchas cosas

Muchas cosas y cosas buenas. Ayer, celebración del 40 cumpleaños de mi hermana: reunión con viejos y nuevos amigos, muchas fotos (colgaría alguna por aquí si no fuese tan torpe, recuerdos compartidos y copas hasta el alba (ahora lo estoy pagando, pues ya no estoy para estos trotes).

Si en esta reentré otoñal hay una novela verdaderamente esperada es "Freedom", de Jonathan Franzen, que llega precedida por su arrollador éxito en Estados Unidos y las bendiciones del mismísimo Barak Obama. Por mi parte, tengo muchas ganas de empezar a leerla: Franzen me fascinó hace años con su novela "Las correcciones", una fabulosa disección de las relaciones familiares - los autores anglosajones nos llevan años en cuanto a capacidad y acierto a la hora de tratar ese tema - contada con un extraño e irrepetible sentido del humor que no he vuelto a encontrar en ningún libro.

Mientras espero la llegada de Franzen, paladeo otros libros menos mediáticos que me hacen llegar, generosamente, mis amigos editores: las confesiones del joven novelista Umberto Eco, el extraordinario volumen de cuentos "Los días felices", de Roberto Hasbun que edita Duomo (un gran descubrimiento que os recomiendo) y la novela "Mi planta de naranja lima", de José Mauro de Vasconcelos, enviada por el generoso y sagaz Luis Solano, editor de El Asteroide.

Mientras espero la salida de "La vida después", me doy cuenta de que querría cambiar una palabra de la primera página. Es terrible. No lo hagais nunca: revisar un libro que está en imprenta es la peor y más absurda forma de flagelarse. Me dicen que es posible que esta misma semana pueda ver los primeros ejemplares.

Este viernes estaré en Lugo para participar en la Semana de Cine. Voy a presentar la película de la que fui coguionista, "La conjura de El Escorial", junto a director Antonio del Real. Será el momento para recordar la aventura que supuso la producción de una película que, creo, tuvo menos éxito del que merecía. Para mí fue la primera aproximación al cine por dentro, y el acto de Lugo supondrá participar en una Semana que, cuando era muy pequeña, me permitía ver dos o tres películas infantiles en una semana, cosa imposible en el Lugo de los años setenta.

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domingo, 11 de septiembre de 2011

De vuelta al blog

Pues eso. Después de unos meses de ausencia, regreso al blog que había tenido abandonado. Algunos me habéis escrito preguntando las razones de la espantada. La verdad es simple: no tenía tiempo. El año pasado mantuve abierto el blog de Valeria (la protagonista de mi novela juvenil, "Sombras") y entre eso y la escritura, me quedaba poco espacio - y pocas ganas - para cuidar el blog como debería. En compensación, he aprendido - más o menos - a moverme en twitter y seguí la actividad en facebook, pensando aquello de que quien no se consuela es porque no quiere.

Pero he vuelto. Y lo hago en vísperas de una fecha especial: la edición de mi nueva novela, "La vida después", que llegará a las librerías el 5 de octubre. Unos días antes de que salga colgaré aquí el primer capítulo, como hice con "La importancia de las cosas".

Las semanas previas a la salida de un libro son algo raras: por un lado, tengo ganas de ver el libro y de que empiece a llegar a los lectores; por otro, me entra el miedo escénico de todas las veces, acentuado en esta ocasión por la alargada sombra de la crisis que también - como no - toca el mundo del libro. Queda muy bien decir que te da igual que una novela se venda mucho o poco, pero, en mi caso, eso es una mentira: yo quiero que lo que escribo llegue a la mayor cantidad de gente posible. Así que sí, me preocupa que el libro se vea, se promocione, se venda y se lea.

"La vida después" es una historia curiosa de la que - por consejo de la editorial - no puedo hablar de momento. Solo diré que está protagonizada por una mujer, Victoria, que tiene cuarenta y siete años, es profesora y vive en Nueva York lo que parece ser la vida perfecta: tiene un marido guapo y rico, vive en un ático en el Upper East Side y da clase en una universidad privada. Sus amigos son escritores, críticos de arte y guionistas de cine, cena en Le Cirque y en Cipriani y se compra los zapatos en Vivier... pero las cosas no siempre son lo que parecen, y Victoria no es tan feliz como debería. Un suceso inesperado la llevará a Madrid, la ciudad en la que vivió durante veinte años. Allí le esperan algunas dificultades, un montón de sorpresas... y una inesperada jugada del destino.

Es una historia que habla de personas que se quieren y no saben como decirlo; de secretos que se han guardado durante demasiado tiempo; de mujeres a las que cuesta comprender algunas cosas. De unos hombres que no entienden nada, y de otros que creen que lo saben todo. Habla de sentimientos, de la dificultad para expresarlos... y, sobre todo, de la necesidad de aprender a respetar incluso aquellos que no entendemos.

Y esto es todo, de momento...

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