lunes, 29 de septiembre de 2008

Yo hago croquetas

Pues sí. Caseras. De pollo, de cocido y de merluza. Y me salen muy bien. Las hago pocas veces, lo confieso, porque dan mucho la lata y encima engordan una barbaridad, las putas croquetas, con la bechamel, el pan rallado y el proceso de fritanga. Pero a mí a hacedora de croquetas no me gana nadie. Y el día que a mi chico se le pase por la cabeza el cambiarme por otra, más joven, más guapa y ´más buenorra, espero que entre otras cosas, recuerde mis croquetas y recapacite.

Por cierto, además de croquetas también hago albóndigas con tomate, una tortilla de patatas muy rica y almejas a la marinera. Supongo que eso no supondrá ningún problema a la hora de juzgarme como mujer trabajadora, o como mujer a secas. Hago albóndigas, o croquetas, como otr@s hacen punto de cruz o juegan al paddle.

Viene esto a cuento por la penúltima gilipollez de Bibiana Aído, auspiciada por una senadora del PP, María Jesús Saenz, que puso el grito en el cielo porque en un anuncio un marido presume de las croquetas que hace su mujer. Escuchada la diatriba de la diputada de la oposición, la ministra tomó cartas en el asunto y aseguró que ya se encargaría ella de que quitaran el auncio de marras, que menuda es ella cuando le tocan las croquetas. Dicho y hecho: el spot ha sido enviado al limbo, para tranqulidad de la ministra y de la senadora Saenz, acusica Barrabás.

Y mientras Aído y Saenz andan tocando la zueca con sandeces del tres al cuarto, sigue aumentando la cifra de mujeres maltratadas, y siguen sin crearse plazas de guardería, y muchas trabajadoras siguen cobrando menos que sus colegas masculinos, y las mujeres de entre veinte y treinta años continúan siendo coaccionadas por sus superiores para no quedarse embarazadas. Sí, sí, que nadie abra los ojos pensando que exagero. El ex jefe de mi amiga S. la machacaba a diario con el asunto del embarazo, "ni se te ocurra embarazarte ahora, con la que hay aquí montada". Si ese mastuerzo pensase que por un comentario así podía caerle la mundial, se lo pensaba dos veces antes de hacerlo. Pero no pasa nada. Ni con eso ni con otras cosas. Porque mientras las mujeres seguimos teniendo una docena de frentes abiertos, la ministra de igualdad está ocupada contando croquetas con la inestimable ayuda de las mujeres de la oposición.

Como dijo Romanones, joder, qué tropa

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domingo, 28 de septiembre de 2008

Lágrimas

Alguien dijo una vez - lamento no recordar quien - que, después de una gota de su sangre, una lágrima eralo más noble que podía dar se sí el ser humano.
Siento un respeto enorme por la gente que sabe llorar. Por la gente que llora en público. Por todo el que muestra sus lágrimas y no esconde su llanto tras unas gafas de sol. Mi simpatía hacia la ministra de Defensa, Carmen Chacón, creció cuando vi que lloraba como lloran las personas buenas: sin contención, sin disimulo, con la cara contraída y los ojos hinchados. La vi llorar por primera vez cuando murió Gabriel Cisneros, rival político y compañero querido. Carmen Chacón, que aún no era ministra, lloraba como una niña desconsolada, con el desespero del que pide un abrazo y la pena honesta del que sufre por otro. El otro día, la ministra lloró también en el funeral del brigada asesinado por ETA. Creo que era la primera vez que veíamos llorar a un ministro de Defensa, y ese me pareció un momento significativo y hermoso.

Me dio risa, y algo de pena, el orgasmo colectivo que dijeron vivir muchos cuando vieron a la ministra pasar revista a las tropas estando embarazada. Menuda estupidez. Como si las mujeres no llevaran siglos haciendo cosas mucho más importantes luciendo y soportando bombo y criatura nonata. He visto mujeres trabajando la tierra embarazadas de siete meses. Lashe visto cuidando niños y velando a enfermos. Las vi detrás de un mostrador, con los pies hinchados por el peso extra, atendiendo un teléfono, acomodándose como podían en el asiento de un avión. Así que ver a una presidiendo un desfile de soldados tampoco me pareció nada del otro mundo.

Sí me lo pareció ver llorar a un ministro, a una ministra. Eso sí humaniza un cargo. Las lágrimas derramadas por el dolor de otros, por alguien a quien no se conoce, son síntoma de bonhomía y de pureza de espíritu. Chacón llora de verdad, sin trampas ni cartones. La viuda del militar contaba emocionada que la ministra la tomó de las manos: ese gesto no sale del protocolo, sino de los mejores rincones del alma que se conmueve ante la desdicha ajena. Y es eso lo que hace más grande a una persona, y más fiable a una ministra.

Medio mundo llora hoy, con lágrimas o sin ellas, la falta del Paul Newman. Yo también lloré cuando se certificó su muerte anunciada que aguardábamos todos los que amamos a Newman. Fue uno de los mejores autores de la historia, y, sin ninguna duda, el hombre más guapo del mundo. También, seguramente, uno de los más buenos. Se fue como era, tras haber hecho pública la certeza de su muerte, con la puerta cerrada y el corazón abierto, y dejando la herencia impagable de decenas de interpretaciones sublimes y una colosal obra filantrópica en favor de los niños enfermos de cáncer. Fue, con toda seguridad, el hombre al que más gente hubiera querido robar un beso.

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lunes, 22 de septiembre de 2008

A vueltas con la tele

No sé muy bien por qué, uno de los habituales de este blog se empeña en hablar en sus post de Telemadrid, como si la que suscribe tuviese una especial relación con esa cadena. Pensando, pensando, he visto que hay más de uno a quien parece interesarle lo que veo o no veo en la tele, como si de la elección de programas pudiesen extraerse consecuencias ético - sociológico - ideológico - personales. Incluso hay quien me reprocha que no vea Cuatro tanto como a su juicio debiera.

Aunque hay cosas más importantes de las que hablar, voy a ofrecer un somero recorrido por mis aficiones televisivas, ya que parece que a algunos de los siguen esta bitácora les parece tan revelador. Por las mañanas veo las tertulias matinales, casi siempre la de la uno o/ y la de Antena 3. Cuando estaba Vicente Vallés veía la de telecinco, pero es que a María Teresa Campos no me la acabo de creer en esta etapa. No sé, me parece que de un momento a otro me va a hablar de Rociíto, y a las nueve de la mañana... uf.... Luego ya apago el aparato - sí, lo apago, porque si no seguiría viendo lo que me echasen - hasta las tres, que pongo el informativo de Antena 3. Por la tarde no veo la tele (de hecho, no sé ni lo que hay) a menos que esté especilamente cansada, en cuyo caso pongo la Fox y veo alguna serie. A las nueve pongo el nformativo de Antena 3, y luego, depende: a veces sigo una serie, o pongo un dvd. Y, desde luego, a las doce veo el informativo de Telemadrid, fundamentalmente porque es la única forma de ver un programa de este tipo antes de irse a dormir.

Un anónimo habitual insiste en meterse con esa cadena, como si a mí me fuera algo en ella. Por mí, querido amigo, puede usted echar todos los sapos y culebras que le dé la gana. Mi relación con la casa se reduce a una entrevista con Álvaro Pombo en Madrid Directo y tres intervenciones en Las Noches Blancas - toda sin cobrar, para que no haya malos entendidos - , así que no tengo con Telemadrid una relación sentimental ni económica. Es todo. Hay otro que se empeña en hacer cuentas de las muchísimas veces que aparecen en Telemadrid Angela Vallvey y Juan Manuel de Prada. Pues qué quiere que le diga, quéjese usted. Conozco a ambos autores - cuya literatura, por cierto, es excelente - pero ninguno de los dos está en mi círculo de amigos, así que ni siquiera puedo hacerles llegar sus quejas sobre la omnipresencia de uno y otro en la televisión Pública madrileña. Por allí, por cierto, también nos regala su verbo la simpar María Antonia Iglesias, la persona más maleducada y antipática que he conocido en toda mi ya larga vida, e invitada habitual - yo diría que constante - en tertulias y encuentros en teles privadas y públicas.

Ya sabemos que en las teles mandan los que mandan, igual que supimos con desolación que los reyes magos eran los padres y el ratón pérez la invención de un sacerdote que quería hacer la rosca a Isabel II. Las televisiones públicas - TODAS - están mangoneadas por el partido en el poder. A veces se dan curiosas situaciones, como en televisión de Galicia, donde se ha dejado al BNG el área de cultura. Por eso, cuando fui finalista del Planeta, los responsables de informativos me recibieron extraordinariamente bien - y una presentadora, cuyo nombre lamento no recordar, me hizo una de las entrevistas más bonitas y mejor preparadas de toda mi vida - los que llevaban la batuta en la sección de Cultura dijeron que no pensaban hacerme el más mínimo caso "porque aquí non interesa".

En todas partes hay listas negras, personas consideradas non gratas, amigos de la casa, visitantes habituales. Ojalá las cosas fuesen de otro modo, pues es cierto que las televisiones son de los contribuyentes y no de los que mandan, como muy bien apuntaba en un post mi amigo XM Prado Antúnez. Pero esto es lo que hay, y con esto tenemos que apañarnos e ir tirando mientras podamos.

Otra cosa: en las últimas cuarenta y ocho horas dos bebés han sido abandonados por sus padres, a los que buscan ahora las fuerzas de seguridad. Y yo digo ¿para qué los buscan? ¿Para informarles de que tienen un hijo y que es su deber amarlo, protegerlo y cuidarlo? Ojalá no encuentren nunca a esos desalmados que metieron a una niña de quince días en un cajón y la dejaron la intemperie entre los escombros de una obra. Porque si esas malas bestias aparecen, la niña tendrá nulas posibilidades de ser dada en adopción. Quedará bajo la tutela de una comunidad autónoma, pasará por un centro de menores y con suerte tendrá un lugar en una familia de acogida, pero todo será temporal. Porque el padre y la madre que la dejaron a su suerte podrán reclamarla en cualquier momento como hija suya, y nuestra legislación, donde el padre biológico va a misa, protege mucho más al adulto responsable de sus actos que al niño indefenso. Quizá quieran recuperar a la cría cuando les apetezca jugar a las casitas o hacerse la ilusión de que son personas normales y no los monstruos que dejan a un recién nacido en un descampado para que la palme entre ratas y basura. Si encuentran a esos miserables, esa niña no tendrá la oportunidad de integrarse en otra familia, de ser hija de alguien que la quiera y la cuide y vea en ella a un ser humano y no un estorbo nacido a destiempo. Que no los busquen mucho, por favor. A ver si hay suerte y no volvemos a saber de ellos nunca más.

jueves, 18 de septiembre de 2008

El Documento Saldaña

Es el título de la novela de un colega y amigo, Pedro de Paz, que además se pasa a veces por este blog. Todavía no la he leído: Paz me ha prometido un ejemplar que no acaba de llegarme, y estoy en espera. En cuanto lo haga, prometo hacer fiel reseña de esta historia más que jugosa: mafias internacionales persiguiendo un tesoro en el marco de la ciudad de Madrid. Por lo que sí, mezcla de thriler, novela negra e intriga policial pura y dura. Por cierto, ya sé que estas cosas no hay que decirlas, pero los distribuidores están apostando fuerte por esta historia. Pedro querido, sólo te pongo un pero: el título de la novela va a obligarme a cambiar el nombre de un personaje de mi próxima novela.

Hay que hablar de Revilla, el putero, que habló en tv de su estreno sexual con una lumi. Hombre, ya sé que este va de campechanote y tal, pero me parece que el presidente de una comunidad autónoma está para otras cosas que para hablar en televisión de su pistoletazo de salida a manos de una profesional del ramo. No imagino a Touriño, a Montilla o a Barreda haciendo una cosa así ni hartos de vino. Qué curioso, estoy pensando que tampoco me los imagino hartos de vino. A Revilla sí me lo imagino. Con coloretes después de trasegar vino pelón, los camachones debajo de los sobacos, cantando alguna copla y metiéndose el dedo en la nariz y limpiándose luego en el pantalón. Eso es lo que tiene ser tan natural, tan de la calle, del pueblo llano, putero y coñón.

Luego, las chicas del PP han acusado a Revilla de incitar a la prostitución, lo cual es otra soplapollez. A ver si las meretrices van a hacer saltar hoy la banca por culpa de Revilla. El presidente de Cantabria es un paleto con todas las letras - lo cual, para algunos, es su mayor encanto - pero no creo que incite a nada a cualquiera que tenga dos dedos de frente. Él ha llamado hipócritas a quienes le señalan por mantener el oficio más antiguo del mundo, afirmando que el 99% de los hombres se puso de largo así, yendo de putas. Hombre, Revilla, será el 99% de los hombres que tú conoces. No generalicemos.

Para los amigos a quienes les interesa el asunto: la Conjura de El Escorial se estrella con los críticos y cala entre el público. Es la cuarta película más taquillera en los Kinépolis (treinta salas) y la sexta en cinentradas. Mientras los expertos en cine le dan por todos los lados y casi suplican al público que ni se les ocurra ir a verla, los foros de aficionados no entienden la actitud de los supuestos defensores del cine patrio, tan dispuestos a reventar un producto. Si a alguien le interesa el tema, os recomiendo esta página www.cinemascope.es

Esta mañana, Reig, Casariego y yo hemos repescado la buena costumbre de los desayunos de los jueves. Charla, café y churros. El Colby es la sede oficial de nuestro conato de club. Y no cambio ese rato con mis dos amigos por casi nada.

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lunes, 15 de septiembre de 2008

Novedades

Con septiembre, llegan también las novedades a la tele. He seguido, por casualidad, el primer episodio de un "reality"que estrena Cuatro, "Pekín Express", y me ha interesado el formato: ocho parejas de concursantes tiene que cubrir la distancia entre una ciudad rusa y Pekín,
gastando sólo un euro al día y buscándose la vida para comer y dormir.

Un concurso como este deja al descubierto los mejor - y lo peor - de muchas personas. Me conmovió la generosidad de los campesinos rusos que acogían a los concursantes y les procuraban un sitio para dormir, además de compartir con ellos la cena y el desayuno. Eran, en su mayoría, gente extremadamente humilde que llevaba a reflexionar sobre las abismales diferencias que existen incluso entre los más pobres: es difícil encontrar a un campesino español que viva en las condiciones miserables de los protagonistas del episodio de ayer. A pesar de sus penurias, aquellas personas se mostraban extremadamente desprendidas con sus huéspedes -que al fin y al cabo eran participantes de un concurso y no huerfanitos abandonados - y los trataban con una amabilidad que resultaba sorprendente.

A todo esto, uno de los participante demostró su baja catadura moral robando galletas y chocolate a la familia que le había dado cobijo en su casa. Sentí un súbito ataque de antipatía por ese energúmeno, que no sólo chorizó unos dulces a una familia a todas luces modesta, sino que también mangó una salchicha de un puesto callejero. La naturalidad con la que lo hizo me hace apostar que no era la primera vez que este individuo se apropiaba de algo ajeno. Luego, para colmo, se dedicó a dar sablazos a la gente de la calle, y no os creáis que agradeció demasiado las donaciones . Hay gente pa tó, que decía El Gallo. Gente mucha, personas, menos, remachó el sabio anónimo.

Salgo a hacer la compra y me encuentro con Martín Casariego,así que pospongo las gestiones comerciales para tomar un café en la plaza. Hablamos de casi todo antes de marcharme para cumplir con el avituallamiento. Luego hago una visita a Edu Vilas, en el Hotel Kafka, y me hace un precioso regalo: acaba de poner en marcha una empresa que se dedica a confeccionar cuadernos de escritura, y me entrega los primeros modelos. Me encantan los cuadernos. Tengo un montón de ellos, y los uso todos. Quedamos para hacer una comida dentro de unos días: hemos organizado un campeonato de albóndigas, y va a tener lugar el primer round.

Mañana, reunión del Jurado del Premio Lengua de Trapo. Como siempre, siento cierta inquietud. Lo que más me ha gustado ¿es lo mejor? ¿Se es siempre completamente justo cuando se intenta serlo? Estoy deseando que pase el trago.

Leo en "El País" la entrevista de contra, que hoy va dedicada al líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez. El formato de la sección es muy original: el entrevistado elige lugar y menú, del que luego se informa al lector. El ex alcalde de Parla optó por el Loft 39, uno de los restaurantes más "cool" del barrio de Salamanca. Error, amigo mío, seleccionar un restaurante de lujo (más de cincuenta euros por barba) en los tiempos que corren. Porque pueden pasar dos cosas:
1- que pensemos que no habías ido a comer allí en tu vida, y aprovechabas la invitación para conocer el lugar, lo cual no es muy inteligente ni muy correcto.
2- que pensemos que es el tipo de sitios en el que te desenvuelves habitualmente, lo que nodice mucho de tu tan cacareada austeridad.
Error, amigo Tomás. Tuyo, o de tus asesores, o de unos y de otros.

La entrevista no tiene desperdicio: Gómez presume de haber recibido una educación prusiana, reflejada en la bronca que le largó su madre cuando, a los nueve años, trajó un boletín de notas con siete matrículas de honor y dos notables "en gimnasia y en ética". No dudo de la severidad de la autora de tus días, pero te cojo en dos errores que se deslizan por la fina línea de la mentira:

1- Tienes cuarenta años, por tanto tu plan de estudios y el mío eran el mismo. En nuestra generación las matrículas de honor sólo se daban en COU.
2- A los nueve años que decías tener cuando tuvo lugar la muestra de la severidad de tu educación, la asignatura de ética no se impartía. La posibilidad de optar por esa materia se daba a partir de los catorce años, cuando empezaba el BUP. En la EGB se daba religión, sí o sí. Nosé si esque no quieres reconocer que tenías clase de religión como todo hijo de vecino, o si es que la batallita de las buenas notas es una de esas mentirijillas absurdas por lo inocuo, pergeñadas para quedar bien y que, por lo general, acaban como el rosario de la aurora.

Para acabar, Gómez presume de que su jornada es "criminal", a pesar de lo cual tiene tiempo para ir al gimnasio, hacer un doctorado y pintar al óleo. También dice que si trabaja él, trabaja todo su equipo, y que si a la una y media de la madrugada le hace falta un dato, llama a a cualquier y que se lo busque. Muy bonito y muy solidario, y muy considerado con los subalternos, sí señor. Si a ti te parece bien esa actitud, pues vale. Pero los jefes como es debido, si necesitan un dato a la una y media de la madrugada, lo buscan ellos mismos y no interrumpen el descanso de un subordinado. Y, si no, esperan al día siguiente. O hacen la llamada de marras antes de ir al gimnasio, por ejemplo. Está muy bien organizarse le tiempo libre para hacer actividades extraescolares y volver luego al tajo a la hora que te parece bien con patente de corso para poner en marcha a todo el mundo en horas de descanso.

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martes, 9 de septiembre de 2008

La inspiración y la cara dura

Tomé el título de mi novela "En tiempo de prodigios" de una hermosa frase de Sergio Pitol: "Si bien es cierto que vivimos tiempos crueles, también es cierto que estamos en tiempo de prodigios". Por eso abro el libro con la cita completa y el nombre de su autor. Cuando uno respeta su trabajo, ese respeto suele extenderse hacia la labor ajena, y por eso extrema las precauciones: al césar lo que es del césar, y bla, bla, bla.

Enrique Bumbury ha hecho algo parecido, sólo que él lo ha hecho mal. Ha tomado un verso del poeta Pedro Casariego ("soy el hombre delgado que no flaqueará jamás") para dar título a una canción. Sólo que Bumbury se ha guardado muy mucho de reconocer la autoría del verso de marras, así que el no informado le atribuye a él la inspirada frase. Cuando los herederos de Pedro Casariego (que murió en 1993) dieron la voz de alarma, Bunbury reaccionó con la chulería del culpable, declarando a "El periódico de Aragón·: "No es plagio ni es nada. Es lo que hacemos los escritores en todos los ámbitos: recoger frases de la calle, de los periódicos, de los bares y, por supuesto, de los poetas. La acusación es una chorrada. Y si no, que le pregunten a Dylan".

Vamos por partes: por mucho que a él le guste pensar lo contrario, Bunbury no es Dylan. Y Dylan no hubiese fusilado la frase de otro poeta pasándose por el forro cualquier precepto ético. Bunbury no sólo lo hace, sino que encima se justifica deciendo que eso lo hacen todos los escritores. Pues yo discrepo, don Enrique. Y usted seguramente dice eso precisamente porque no es un escritor.

El plagio es una forma de robo y, desde luego, una colosal falta de respeto. Falta de respeto al trabajo de otro. Falta de respeto al talento propio. Y, sobre todo, falta de respeto al público, al que se está dando gato por liebre. Por eso, el escritor de verdad no incurre en el plagio. Lo hacen aquellos que sólo ven la literatura como una formade hacer negocio: escriben novelas - o poemas, como el vate Bunbury - como podrían envasar chrizos al vacío: para ganar pasta, amigos o notoriedad. La literatura es otra cosa. Por eso los que de verdad la sienten como oficio se trabajan la frase, la palabra, el capítulo. El verso. Y si toman prestado algún material del trabajo y el talento ajeno, no tienen el menor problema en reconocerlo.

Ayer hablaba por teléfono con Martín Casariego, hermano de Pedro y uno de sus herederos. Los Casariego están disgustados y sorprendidos. Desconcertados por lo que ha ocurrido. Pero claro, ellos sí son escritores. Bunbury no lo es. Es un cantante. Y, visto lo visto, un tipo con la cara muy dura.

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domingo, 7 de septiembre de 2008

Domingo, domingo

Fin de semana tranquilo, con un tiempo estupendo y algo de trabajo. La semana que viene tengo que entregar un artículo a El País Semanal, y me he dedicado a preparar el guión y dejar todo listo para escribir durante la semana. además, está el artículo para la web de ámbito cultural y el que tengo que hacer para El Progreso. Y la novela, claro.

Leo en los informativos digitales que han detenido a Toñi Vicente por comprar vieiras contaminadas y cuya venta está prohibida. Como esta señora es una profesional que lleva mucho tiempo en el negocio, supongo que sabía perfectamente lo que estaba comprando: un molusco bajo sospecha. Además, digo yo ¿que hace una restauradora que cobra 24 euros por una ensalada de vieiras adquiriendo producto en el mercado negro? No sé que dirá la justicia, pero me temo que la carrera de Toñi Vicente ha quedado tocada para los restos. Y no voy a decir que lo sienta. Soy una firme defensora de la cocina experimental, pero considero que las novísimas técnicas culinarias tienen que ir de la mano del más estricto control de los productos. Durante mi estancia en Lyon, tuve la oportunidad y la suerte de visitar el muy rabelesiano mercado de Las Halles, donde se dan cita los compradores llegados de los mejores restaurantes de la ciudad. No puedo imaginar a ninguno de aquellos clientes comprando materialde matute a gente de baja estofa en un callejón oscuro para dar gato por liebre a sus clientes tras ahorrarse unos euros. Galicia presume, con toda justicia, de poseer las mejores materias primas del mundo testadas por unos rigurosos controles de calidad. Que la dueña de un restaurante que es referencia de la nueva cocina gallega haya sido cazada in fraganti comprando fuera de los cauces legales hace un flaco favor a la gastronomía gallega.

Mi padre me reproduce la siguiente frase escuchada en la Radio Galega: "Nacionalismo é modernidade son sinónimos". Para partirse de risa. O para llorar. Así que ahora todos los nacionalistas son modernos.De forma que, aplicando la famosa propiedad conmutativa, todos los modernos son nacionalistas. Supongo que los que no somos nacionalistas somos antiguos. O bien somos nacionalistas y no los sabemos. Tengo que preguntar a mi padre si lo que estaban emitiendo en la radio gallega era un concurso de gilipolleces. Así se entendería mejor la frase de marras.

Salen críticas de "La conjura del Escorial". Buenas las de "Fotogramas" y "Onda cero". Terrible la de "El confidencial". Hay opiniones para todos los gustos, pero valen todas y hay que aguantarse con unas y con otras.

Ayer fue el cumpleaños de mi hermana Susana. Lo celebramos en su casa un grupo de amigos entre los que estaba Ana con su hijo Praatik. Nuestro niño lleva ya seis meses en España, y está estupendo y guapísimo. Tiene unos enormes ojos negros que parecen ver el interior de las cosas. Ha crecido y engordado, va al colegio y le encanta el brécol. Ana, madre adoptiva, soltera y primeriza, ademásde trabajadora, dice que se las apaña bien. Nose queja por los madrugones, por algunas noches en blanco pasadas sin ayuda, ni por la última travesura de su hijo: se encerró en el baño y hubo que llamar a los bomberos para sacarle. Se marchan tarde, con Praatik dormido sobre el hombro de mi amiga, y eso me hace recordar cuántos motivos tenemos para dar las gracias y ser felices.

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viernes, 5 de septiembre de 2008

A esperar

Pues eso. Ayer se celebró el estreno de "La conjura de El Escorial", y ahora queda esperar los resultados de taquilla de este fin de semana, que son muy importantes. El estreno fue bien, pero eso no quiere decir nada: casi toda la gente que abarrotaba el cine eran amigos, así que aplaudieron y jalearon, pero claro ¿qué iban a hacer? La peli jugaba en casa anoche. Ahora si que tiene que foguearse en campo ajeno. Ya veremos lo que pasa. De momento, toca esperar.

Estoy terminado la novela. De hecho, creo que será cosa de dos o tres semanas el que le ponga punto y final. Ayer mi llamó mi editora, que ha léido unas doscientas páginas: le gusta la historia, le gustan los personajes. Me habla de cubiertas y de fechas de salida. Se me encoge el sorazón cuando me dice que harán "una tirada grandecita". Noto un pinchazo en el estómago, y ni siquiera me atrevo a preguntarle qué quiere decir "grandecita". Este libro no es el finalista del Planeta, sino una novela que tendrá que caminar sola, sin el apoyo publicitario y mediático de "En tiempo de prodigios", que vendió ciento treinta mil ejemplares. Y ahora viene la pregunta: ¿cuántos vendió la novela y cuántos su condición de finalista del Premio de novela más famoso de las letras españolas?

Experimento cierta sensación de ansiedad.Por la noche, en la tertulia de los jueves en Radio Nacional, lo comento con Helena Pimenta, la directora teatral, que dice que entiende lo que me pasa. Coincide conmigo en que es una pena malgastar en elucubraciones el tiempo que debería pasar escribiendo, puliendo, retocando. Me he propuesto no dar vueltas a otras cuestiones distintas alas literarias: no quiero perder de vista lo último que debe importarme, y es esta historia en la que llevo casi un año trabajando duro.

Saldrá en febrero. Y os confío el título que va a llevar: "La importancia de las cosas"

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martes, 2 de septiembre de 2008

Cosas que llegan

Septiembre nos deja calores de verano, y una luz más suave que avisa de la inminencia del otoño. Madrid está precioso: la luz de esta época favorece a la ciudad. Los árboles del Retiro - hoy pasé cerca - empiezan a ponerse amarillos y rojos.
Todo el mundo ha vuelto ya de las vacaciones. La plaza está llena de gente. Hay un agradable ambiente de "reentrè". Para mí, el comienzo del año no tiene lugar en enero, sino en septiembre, como cuando íbamos al colegio y comprábamos cuadernos nuevos y cajas de lápices alpinos con las puntas como alfileres. Me encantaba ver aquellos lápices tan bien afilados, parejos, iguales. Luego empezabas a usarlos, y el rojo y el azul perdían filo y tamaño. Por mucho que te empleases con el sacapuntas, nunca volvían a ser iguales, y se quedaban pequeños en relación al amarillo o al naranja, de menos uso.

Hoy, en la Casa de la Panadería, presentación de "La conjura de El Escorial", con buena parte de los actores - faltaba Jason Isaacs, que está rodando una serie en Estados Unidos, y Julia Ormond, que llega el día del estreno - y el equipo técnico. Se inaugura una exposición de trajes y armas usados en la película. En la sala, acompañando a Ruiz Gallardón, me encuentro con el lucense Pedro Calvo, concejal de Tráfico del Ayuntamiento de Madrid y amigo de la infancia. Hablamos de Lugo y del San Froilán que se avecina. Dice que va a motar una excursión con un grupo de amigos para ir a comer el pulpo. Yo espero hacer lo mismo. Casi a la salida saludo a Rosana Pastor, que está increíble en su papel de la esposa de Antonio Pérez. Se lo digo y se emociona... y me da las gracias por escribir su papel. Soy yo quien le agradece su interpretación magistral, que da una dimensión única al personaje.

La peli se estrena el jueves, en unos cines de Pozuelo. Le digo a Marcial que no estoy nerviosa, pero es mentira. Sí lo estoy. Un poco. Mi papel en esta historia es muy pequeño, pero de alguna forma estoy vinculada a esta cinta, y espero lo mejor de ella. Además, hace tres años que empecé a vincularme al proyecto, y tenía la sensación de que nunca iba a llegar el momento del estreno. Y aquí está... A ver si hay suerte.

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