Del amor y otros demonios
Seguro que habéis leído la novela de García Márquez: la historia de la niña santa de cuerpo incorrupto, cuyo cabello cobrizo seguía creciendo tras su muerte. Pero este post no va de niños, ni de santos. Va de demonios. Y de amor.
Ayer empezó el proceso judicial en contra de dos muchachos que quemaron viva a una mendiga en un cajero automático de Barcelona. La cámara del banco lo grabó todo. Primero, los niñatos increpan a la indigente. Luego la agreden. Y luego la rocían con ácido y le pegan fuego. Uno de ellos, al escuchar los gritos de la infeliz, sonríe pacíficamente con la misma beatitud con que se puede sonreir a un perro que hace una gracia.
Sé lo que viene ahora: el análisis de los hechos. La búsqueda de las razones. El intento de explicar lo inexplicable. Bucearán en las raíces vitales de esos mastuerzos para encontrar respuestas a la pregunta eterna ¿por qué lo hicieron?
Quizá ahí empieza el error. En la idea de que siempre hay un porqué. De que hay historias personales que puedan hacernos entender el comportamiento de un monstruo. A lo mejor deberíamos aceptar que el mal absoluto existe. Que esos dos chavales que vejaron hasta la muerte a una mujer indefensa pertenecen al mismo tipo humano que aprendió a torturar a niños judíos en los campos de la muerte del III Reich. Hay hombres, hay mujeres que son esencialmente malvados. Están entre nosotros, y no podemos distnguirlos de la gente normal hasta que actúan. Y entonces aparece alguien que pratica el buenismo y se pregunta por qué, y habla de infancias difíciles, de familiasdesestructuradas, de padres alcohólicos, de malos tratos. Lo que grabaron las cámaras de aquel cajero automático nopuedo justificarlo nadie, no puede provocarlo nada. Ni la infancia más desdichada, ni la adolescencia más triste. La cobardía, lasevicia, la crueldad gratuíta. Y la sonrisa de ese conato de ser humano mientras una mujer desconocida se retorcía de dolor mientras la quemaban viva.
Los demonios ya sabemos quienes son. ¿Y el amor? ¿Qué pinta en esta historia? Pues, como todo se sabe, resulta que aquella desdichada que tuvo la mala suerte de cruzarse en el camino de esos dos malnacidos - eran tres, pero uno era menor y ya ha sido juzgado, y dentro de cinco años estará en la calle otra vez quizá para repetir la jugada - fue tiempo atrás una mujer con una familia, con un trabajo, con un proyecto de vida. El amor se cruzó en su camino y lo dejó todo. Y con el amor vino el fracaso, y con el fracaso la depresión, la degradación, la nada. Un mal episodio sentimental llevó a aquella mujer a refugiarse en el alcohol y a dejarlo todo. Quizá porque se dijo que al margen del amor sólo existía el vacío.
¿Puede el amor devastarnos hasta ese punto? Está claro que sí, y sólo me pregunto - sin querer saberlo - cuál es el proceso. En qué momento una persona deja de ser ella misma y lo confía todo a un sentimiento sin cuya ausencia el resto de las cosas dejan de tener importancia. Sé que no debería decir eso, pero me niego a que el amor importe tanto como para arrollar a su paso a una mujer y dejar de ella tan sólo unos despojos. Me pregunto si García Márquez pensó en ello cuando escribió el título, bellísimo, de una novela sobre una niña que enamoraba a un sacerdote y convertía la vida de ambos en lo más parecido al infierno.
Ayer empezó el proceso judicial en contra de dos muchachos que quemaron viva a una mendiga en un cajero automático de Barcelona. La cámara del banco lo grabó todo. Primero, los niñatos increpan a la indigente. Luego la agreden. Y luego la rocían con ácido y le pegan fuego. Uno de ellos, al escuchar los gritos de la infeliz, sonríe pacíficamente con la misma beatitud con que se puede sonreir a un perro que hace una gracia.
Sé lo que viene ahora: el análisis de los hechos. La búsqueda de las razones. El intento de explicar lo inexplicable. Bucearán en las raíces vitales de esos mastuerzos para encontrar respuestas a la pregunta eterna ¿por qué lo hicieron?
Quizá ahí empieza el error. En la idea de que siempre hay un porqué. De que hay historias personales que puedan hacernos entender el comportamiento de un monstruo. A lo mejor deberíamos aceptar que el mal absoluto existe. Que esos dos chavales que vejaron hasta la muerte a una mujer indefensa pertenecen al mismo tipo humano que aprendió a torturar a niños judíos en los campos de la muerte del III Reich. Hay hombres, hay mujeres que son esencialmente malvados. Están entre nosotros, y no podemos distnguirlos de la gente normal hasta que actúan. Y entonces aparece alguien que pratica el buenismo y se pregunta por qué, y habla de infancias difíciles, de familiasdesestructuradas, de padres alcohólicos, de malos tratos. Lo que grabaron las cámaras de aquel cajero automático nopuedo justificarlo nadie, no puede provocarlo nada. Ni la infancia más desdichada, ni la adolescencia más triste. La cobardía, lasevicia, la crueldad gratuíta. Y la sonrisa de ese conato de ser humano mientras una mujer desconocida se retorcía de dolor mientras la quemaban viva.
Los demonios ya sabemos quienes son. ¿Y el amor? ¿Qué pinta en esta historia? Pues, como todo se sabe, resulta que aquella desdichada que tuvo la mala suerte de cruzarse en el camino de esos dos malnacidos - eran tres, pero uno era menor y ya ha sido juzgado, y dentro de cinco años estará en la calle otra vez quizá para repetir la jugada - fue tiempo atrás una mujer con una familia, con un trabajo, con un proyecto de vida. El amor se cruzó en su camino y lo dejó todo. Y con el amor vino el fracaso, y con el fracaso la depresión, la degradación, la nada. Un mal episodio sentimental llevó a aquella mujer a refugiarse en el alcohol y a dejarlo todo. Quizá porque se dijo que al margen del amor sólo existía el vacío.
¿Puede el amor devastarnos hasta ese punto? Está claro que sí, y sólo me pregunto - sin querer saberlo - cuál es el proceso. En qué momento una persona deja de ser ella misma y lo confía todo a un sentimiento sin cuya ausencia el resto de las cosas dejan de tener importancia. Sé que no debería decir eso, pero me niego a que el amor importe tanto como para arrollar a su paso a una mujer y dejar de ella tan sólo unos despojos. Me pregunto si García Márquez pensó en ello cuando escribió el título, bellísimo, de una novela sobre una niña que enamoraba a un sacerdote y convertía la vida de ambos en lo más parecido al infierno.
16 comentarios:
Y yo me pregunto ¿Existe realmente la reinserción para éstos individuos? Oírlos hablar con toda tranquilidad de los hechos, como si no fuera con ellos, me ha puesto los pelos de punta. Y el padre de uno, dando a entender que de no haber sido así, seguramente hubiese sido atropellada, por ejemplo.
Y yo digo, de no haber nacido este hijo de su padre, seguramente esto no hubiese sucedido, por ejemplo.
Saludos consternados.
Cristina.
Es una noticia espeluznante y desde luego que debemos de contrarrestarla invirtiendo en educación, pues al final supongo que es un problema de educación y respecto por los diferentes.
Marta, me encanta leer que una escritora como tu, también esta pendiente de estas noticias del día a día.
Saludos y a ver para cuando ese adelanto de tu nuevo libro, ese comienzo, aunque sea.
Manolo
Creo que cualquier sentimiento que te lleva al estado emocional mas elevado te puede llevar también a hundirte en el agujero mas profundo de la tierra, creo que asi como te puede hacer ser mejor persona y hacer felices a los que estan atu alrededor, te puede convertir en un monstruo si un buen dia ese sentimiento desaparece.
Lo de estos chicos es pura maldad, no le deis vueltas, es, no respetar a los demas, a saber lo que han visto en sus casas, a saber como los han educado sus padres, si los han educado , a saber si alguien se preocupó de inclucarles valores o crecieron asilvestrados, como asi parece.
En fin, sigo diciendo que las leyes en este pais no estan a la altura de los delitos que se comenten. Y los menores...bueno eso es harina de otro costal, si a un adulto no le pueden hacer nada por liarse con una niña de 14 años, ( porque es mayor de 13 años y las relaciones son consentidas), si la opinión de esa niña se considera lo suficiente como para eximir de responsabilidad a un enfermo vicioso...pues esa niña debe ser responsable también de sus propios actos, y en este caso hablo de una niña, que bien puede ser un niño de 14 años, que de tontos e inconscientes no tienen un pelo.
En fin.
Que es una pena todo esto.
Un saludo apenadisimo
Esther
He tenido la edad del menor y de los mayores. Y en esa época sabía perfectamente lo que hacia y lo que estaba mal y bien. En resúmen: de eximentes por la edad nada. Dond mejor estan estos desgraciados es entre rejas.
He tenido la edad del menor y de los mayores. Y en esa época sabía perfectamente lo que hacia y lo que estaba mal y bien. En resúmen: de eximentes por la edad nada. Dond mejor estan estos desgraciados es entre rejas.
Desde mi opinión personal, la reinserción de semejante jauría de perros callejeros, es sólo el primer paso para la reincidencia nada más poner un pie fuera de la cárcel. Por lo tanto, éstos y otros cuantos especímenes asociados a la raza humana, no deberían salir de allí jamás, al menos no sin los pies por delante y en caja de pino.
Y como voy un poco atrasado, felicidades por la quinta, los que te queremos y admiramos tu literatura, la esperamos con impaciencia.
Bicos
Pues sí, realmente, debemos admitir que el mal existe. Menos mal que también existe el bien...Uno de los pasajes que tengo subrayados en "En tiempo de prodigios" es, precisamente, cuando Cecilia, a través del comportamiento de la gente con su madre enferma, constata la presencia de la bondad humana no ya en actos heróicos, sino en los pequeños gestos cotidianos...
Yo presto mucha atención a esos pequeños gestos, y eso me ayuda a sobrellevar el horror que suponen esas otras cosas...
A fin de cuentas, como dice Rosa Montero en boca de uno de sus personajes, así es la vida, tan bella y tan oscura...
Pepa
En casos como los de estos dos "individuos" es cuando echo en falta la regularización del aborto más allá de los tres supuestos legislados.
Con carácter retroactivo, para ser más exactos.
Saludos,
Pedro de Paz
Muy de acuerdo contigo en lo de esos tres animales y la gente malvada, Marta.
Pero creo que haces sinónimos dos términos que no lo son: amor y sentimiento.
Pienso que el amor se cruza en el camino cuando tomas una decisión en la que volunariamente implicas tu propia vida y a otras personas, y amor es mantener esa decisión aunque cueste sacrificio y aunque a veces parezca absurdo: por ti y por las otras personas.
Pero a un sentimiento amoroso que se cruza de nuevo en tu camino y te lleva a dejar colgadas a las personas a las que un día prometiste amor por siempre... yo no lo llamaría amor, por mucho que tire.
Asusta eso de que pueda ocurrir algo en tu vida que te lleve al final a dormir en la calle.
Al margen de eso,me sorprende la gente que,cuando alguien critica las burradas cometidas con ocasión de un hecho hco. (p.ej. el descubrimiento de América) o por un personaje (Napoleón,Felipe II...)dice que no deben juzgarse con nuestra mentalidad actual,que hay que tener en cuenta el contexto histórico.Totalmente lógico y totalmente de acuerdo.Lo que me alucina es que estas mismas personas te hablen de "buenismo" y "corrección política" cuando alguien dice que hay que tener en cuenta el contexto social para analizar,por ejemplo,un delito.
Nadie está diciendo que cuando se den determinadas circunstancias ese delito esté justificado y que haya que eximir de pena al sujeto:se aplica el CP y punto(que es lo que se hará en este caso),lo cual no impide que podamos hacer la reflexión correspondiente:que es más fácil ser un etarra si he nacido en un caserío aislado, desde pequeño sólo he oído hablar de las torturas y de las vejaciones a que el Estado español ha sometido al pueblo vasco (nótese la ironía),mis padres estan en la cárcel y sólo conozco a abertzales.Eso sí:me sigue pareciendo igual de horrible y nadie va a atenuar la pena por eso.No es buenismo: es realismo, capacidad de análisis y conocimiento de la naturaleza humana.Las circunstancias son básicas en todo.
En este caso ni siquiera hay coartadas ideológicas:ellos mismos dicen que lo hicieron para divertirse.Que yo sepa nadie ha dicho nada que pueda explicar (no justificar)ese comportamiento.De hecho me parece fatal todo lo que estáis diciendo de sus padres.Quizás les han inculcado una falta absoluta de respeto por la gente desgraciada...pero quizás no,no lo sabéis:a lo mejor están destrozados al saber lo que han hecho sus hijos (seguramente así será).Que las circunstancias no son sólo los padres,te puede salir un hijo rana.
Tampoco estoy muy de acuerdo con lo de la bondad absoluta y la maldad absoluta (a lo mejor hay algúuuuuun caso,no lo sé).Hasta me parece una desventaja creer eso, porque como yo sé que por mucho que crea que soy buena persona a lo mejor en una situación extraordinaria (nazismo,stalinismo,franquismo...) puedo actuar perversamente,estaré sobre aviso y vigilaré más los cambios ideológicos que experimente.Los que piensan que son buenos no se pondrán en duda,porque como son "esencialmente" buenos no se cuestionarán ciertos cambios paulatinos e imperceptibles que se dan bajo ciertos regímenes (por ejemplo).
Tampoco estoy de acuerdo con lo de endurecer penas y tal,pero por hoy ya he metido suficiente rollo.Eso sí,no digo que luego...Es una amenaza.
Una chorradilla:una vez me explicaron que eso de que a los muertos les crecen las uñas y el pelo es una ilusión óptica.Lo que ocurre realmente es que como la carne se acartona,se deshidrata, pierde volumen...pues por contraste parece que han crecido uñas y pelo.
Me caes muy bien, Miguel: eres como el abogado del diablo de este blog. No me quiero poner mística, pero hay una frase del Evangelio que dice "No juzguéis y no seréis juzgados..." No se trata de no aplicar con todo rigor la Justicia, sino de no creernos los buenos de la película: efectivamente no podemos saber, si se dan las circunstancias precisas, de qué podemos llegar a ser capaces. ¿Habéis visto "Crash"? (creo que se escribe así) A mí me encantó porque describe magistralmente que nadie es tan malo ni tan bueno como puede parecer de entrada, que todos somos (otra cita...) el oro y el barro
Pepa
(Marta, anda, di algo...)
Pepa, a mí lo que me gusta es que hableis vosotros...
El ejemplo de Crash me parece muy bien traído. Pero yo si creo que puede existir el mal en estado puro.
Miguel habla de las familias de esos dos degenerados. Tiene razón en pensar que pueden ser buenísimas personas y, en cualquier caso, me dan mucha lástima por lo que les ha tocado de rebote. Pero me asustó un poco escuchar en la radio al padre de uno de los mastuerzos decir que la indigente a la que torturaron y asesinaron "también podría haber muerto atropellada".
Sí, claro. Y de un infarto. O de un macetazo en la cabeza. Pero ni la atropellaron, ni le falló el corazón. Se la cargaron dos desalmados, y mal irá la cosa si no pagan por ello.
Asumamos que hay gente irrecuperable. No creo que el doctor Mengele pudiera reinsertarse.
¿Y el ejemplo de tu Cecilia, como te decía más arriba?
Es que a mí lo que me gusta es que hables tú, que hablas/escribes muy bien...
Smuac
Pepa
Lo de las horas de tu blog es genial. Son las 9.30 y pone que he escrito a las 0.30...
Es como si estuviéramos ¿dónde? ¿en California?
Anda, no lo arregles, que es muy divertido...
¿el mal es la ignorancia? ¿el mal es la des - orientación en la conducción de nuestras ideas? ¿el mal es algo absoluto que reside én algunos individuos y les obliga a? ¿está el mal empedrado de buenas intenciones? ¿es malo un crápula con escrúpulos que usa a desescrapulados sin escapulario para sus intensiones fractales sobre la inocencia? ¿Por qué sólo el mal nos parece mal cuando se ejerce con lo inocente pero no es tan mal el mal cuando recae como venganza (como ben ganzara en sus películas)sobre el que comparece como culpable? En fin, ¿tengo voluntad para ejercer el mal o me lo ejerce una ente - nción?
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