Parece que va a llover...
Bueno, hala, ya lo han conseguido los que llevaban un mes quejándose del otoño maravilloso que hemos tenido. Llevo semanas escuchando a gente maldiciendo las temperaturas deliciosas, los cielos azules, las noches tibias. Estarán contentos: hoy amaneció un día feo y gris, ventoso y triste, frío y desagradable a más no poder. Hay que ir por la calle con la gabardina abrochada, la bufanda en el cuellos y el paraguas plegable en el bolso. Una delicia, vamos. Los que renegaban del buen tiempo están de suerte. Eso sí, se van a hartar. Queda todo un largo invierno por delante...
El título de este post está tomado de una composición popular: "parece que va a llover / el cielo se está nublando / parece que va a llovar / ay mamá, me estoy mojando"... Creo que es una guaracha, pero no estoy segura. Lo que sí sé es que sirve de fondo musical a uno de los anuncios de más bella factura que he visto nunca en televisión. Los habitantes de un pueblo parecen prepararse para la inminencia de un temporal, y buscan acomodo en una mansión destartalada que muy bien podría haberse sacado de una novela de Carpentier. Dentro, desanimados y tristes, se mezclan como en una humana arca de Noé todos los tipos de la aldea. Ahora entramos en una atmósfera que parece concebida por García Márquez. Entre la oscuridad yla incertidumbre, alguien abre un cajón y saca unas botellas de licor, lo que cambia los semblantes y da inicio a la fiesta. Por cierto, el producto que se anuncia es Bacardí Mojito. Cuando las cosas se hacen bien, hay que hacer publicidad extra de aquel que ha querido regalarnos un pellizco de belleza.
Este fin de semana ha venido el Papa. A mí, las visitas papales no me despiertan lo quese dice entusiasmo, pero sí las entiendo desde el respeto a aquellos que, por su fe, entienden como un regalo la visita del heredero del trono de Pedro. Dejando a un lado las circunstancias religiosas, es evidente que los viajes papales traen a las ciudades de destino toda una batería de beneficios que nada tienen que ver con el auxilio espiritual. Por eso no puedo entender que haya quien se queje, y menos aún que cuatro- o cuarenta - simplones propogan que sean los catolicos los que paguen los gastos de la gira papal. Por extensión, podríamos proponer que los sindicatos los sostuviesen los sindicalistas y los partidos políticos sus afiliados. Un tipo con una pinta bastante dudosa se desgañitaba protestando porque sus impuestos sirviesen para sufragar la visita de Benedicto XVI. Yo le diría que a mí tampoco me hace puñetera gracia que lo que ingreso a Hacienda sirva para que, por ejemplo, un maltratador de mujeres tenga una tele de plasma en su celda de la cárcel, y me tengo que aguantar.
Los titulares fueron muchos, pero me hace gracia la machacona insistencia en aclarar que el Papa cargó contra el aborto y el matrimonio gay. ¿A alguien le sorprende? Lo que hubiese sido digno de una primera página es que Benedicto hubiese llegado a celebrar la boda de Pedro Zerolo y a estimular las políticas abortivas. A cada cual lo suyo. Este señor tiene su negociado, y en él determinadas cosas no tienen cabida.
Me llegan por mail los currícula de cuatro ministros de Sanidad: Alemania, Italia, Francia... y España. Me pregunto qué dirán los otros cuando lean, con los ojos como platos, el de la titular española del ministerio, señorita Pajín.
Leo "Érase una vez en Manhattan", de Mary Cantwell, publicada por Lumen. Una delicia de texto autobiográfico y un melancólico retrato de aquel Nueva York de los años cincuenta. No me resisto a trascribir unas líneas que dedicó a la novela el crítico literario del New York Times: "Lees estas páginas y te entran unas ganas locas de vivir allí y en aquella época, de estar vivo y ser joven en Manhattan". No hay mucho más que decir. El libro estimuló mis particulares nostalgias de una ciudad que empiezo a echar de menos en cuanto me meto en el avión de regreso a Madrid. Me he prometido regresar siempre que pueda, porque, de todas formas, una vez que la conoces Nueva York se queda en ti para siempre, como si te hubiese colocado en el corazón un imán que te atrae sin piedad hacia el metal de los rascacielos y el mecano del puente de Brooklyn.
Trabajo, trabajo y más trabajo. Por primera vez en mucho tiempo me siento cercana al desbordamiento. No hay puentes, no hay días libres. Pero voy a llegar al ecuador de mi novela...
El título de este post está tomado de una composición popular: "parece que va a llover / el cielo se está nublando / parece que va a llovar / ay mamá, me estoy mojando"... Creo que es una guaracha, pero no estoy segura. Lo que sí sé es que sirve de fondo musical a uno de los anuncios de más bella factura que he visto nunca en televisión. Los habitantes de un pueblo parecen prepararse para la inminencia de un temporal, y buscan acomodo en una mansión destartalada que muy bien podría haberse sacado de una novela de Carpentier. Dentro, desanimados y tristes, se mezclan como en una humana arca de Noé todos los tipos de la aldea. Ahora entramos en una atmósfera que parece concebida por García Márquez. Entre la oscuridad yla incertidumbre, alguien abre un cajón y saca unas botellas de licor, lo que cambia los semblantes y da inicio a la fiesta. Por cierto, el producto que se anuncia es Bacardí Mojito. Cuando las cosas se hacen bien, hay que hacer publicidad extra de aquel que ha querido regalarnos un pellizco de belleza.
Este fin de semana ha venido el Papa. A mí, las visitas papales no me despiertan lo quese dice entusiasmo, pero sí las entiendo desde el respeto a aquellos que, por su fe, entienden como un regalo la visita del heredero del trono de Pedro. Dejando a un lado las circunstancias religiosas, es evidente que los viajes papales traen a las ciudades de destino toda una batería de beneficios que nada tienen que ver con el auxilio espiritual. Por eso no puedo entender que haya quien se queje, y menos aún que cuatro- o cuarenta - simplones propogan que sean los catolicos los que paguen los gastos de la gira papal. Por extensión, podríamos proponer que los sindicatos los sostuviesen los sindicalistas y los partidos políticos sus afiliados. Un tipo con una pinta bastante dudosa se desgañitaba protestando porque sus impuestos sirviesen para sufragar la visita de Benedicto XVI. Yo le diría que a mí tampoco me hace puñetera gracia que lo que ingreso a Hacienda sirva para que, por ejemplo, un maltratador de mujeres tenga una tele de plasma en su celda de la cárcel, y me tengo que aguantar.
Los titulares fueron muchos, pero me hace gracia la machacona insistencia en aclarar que el Papa cargó contra el aborto y el matrimonio gay. ¿A alguien le sorprende? Lo que hubiese sido digno de una primera página es que Benedicto hubiese llegado a celebrar la boda de Pedro Zerolo y a estimular las políticas abortivas. A cada cual lo suyo. Este señor tiene su negociado, y en él determinadas cosas no tienen cabida.
Me llegan por mail los currícula de cuatro ministros de Sanidad: Alemania, Italia, Francia... y España. Me pregunto qué dirán los otros cuando lean, con los ojos como platos, el de la titular española del ministerio, señorita Pajín.
Leo "Érase una vez en Manhattan", de Mary Cantwell, publicada por Lumen. Una delicia de texto autobiográfico y un melancólico retrato de aquel Nueva York de los años cincuenta. No me resisto a trascribir unas líneas que dedicó a la novela el crítico literario del New York Times: "Lees estas páginas y te entran unas ganas locas de vivir allí y en aquella época, de estar vivo y ser joven en Manhattan". No hay mucho más que decir. El libro estimuló mis particulares nostalgias de una ciudad que empiezo a echar de menos en cuanto me meto en el avión de regreso a Madrid. Me he prometido regresar siempre que pueda, porque, de todas formas, una vez que la conoces Nueva York se queda en ti para siempre, como si te hubiese colocado en el corazón un imán que te atrae sin piedad hacia el metal de los rascacielos y el mecano del puente de Brooklyn.
Trabajo, trabajo y más trabajo. Por primera vez en mucho tiempo me siento cercana al desbordamiento. No hay puentes, no hay días libres. Pero voy a llegar al ecuador de mi novela...
Etiquetas: Benedicto XVI, Mary Cantwell, Mojito Bacardí, Otoño
10 comentarios:
HOLA MARTA!
Enhorabuena por tu novela "Sombras".Ya la he terminado: Buenísima, me encantó. Eres la responsable de que duerma menos horas de las normales entre semana y eso que trabajando 11 horas diarias no sé como puedo dormir tan poco la culpable Tu, Sombras me enganchó y me gustó tanto que la devoré en pocos dias. Felicidades, y gracias por crear en mi ese fomento por la lectura que tenía abandonado. Tiene que ser un éxito ROTUNDO. Un besiño. Carmen. Espero tu siguiente novela con ansiedad.
Han publicado la reseña de sombras en http://resenyasliterarias.blogspot.com/
Yo tengo muy claro lo que habría que hacer con las visitas del Papa. Aquí y en cualquir parte. Pero también tengo claro que mucha gente es incapaz de tomar la distancia necesaria para mirar las cosas con perspectiva. Lo que no me creo es que tú estés entre esa gente. Por lo poco que voy sabiendo de ti, creo que sabes muy bien donde poner los acentos y de hecho los pones con clarísima intención, tanto en tus posts como en tus artículos. Tus libros no los he leído.
Pero como no tienes tiempo para desmontar argumentos -así me dijiste en cierta ocasión- dejaré así las cosas. Si no va a haber debate, ¿para qué exponer nada?
Saludos. Y éxitos con Sombras.
Carmen: Gracias
XM: Me viene muy bien
Eu: supongo que entenderás que no tengo tiempo material para abrir debate con cada tema que expongo. Los comentarios están abiertos y cada uno escribe sin censura lo que le da la gana, pero no puedo dedicarme a desmontar lo que dices tú o a argumentar lo que digo yo. Está claro lo que pienso, y parto de la base de que habrá quien no lo comparta, pero no es mi trabajo convencer a nadie de que la razón la tengo yo. Esto no es un foro de debate, o por lo menos no lo es para mí.
Me parece curioso que sigas este blog y sin embargo no hayas leído nada mío... ¿por qué te interesa entonces? Los seguidores suelen ser lectores míos, debes ser la excepción.
Sombras, excelente. Aquí ha sido devorado con fruición por diversos miembros de la familia con diferentes rangos etarios (como se dice ahora...). Devorado, además, en una media de 2-3 días. Nos encanta el personaje que has creado, esa protagonista auténtica, valiente, leal...y a veces, matamadres, como toda adolescente que se precie.
Esperamos que nos lleguen más aventuras ¿no?
Lo del anuncio de mojito habrá que verlo. A mí, que me encanta el cine, hay algunos que me hacen disfrutar enormemente. Lo malo es que a veces, me acuerdo de la trama del anuncio y no del producto anunciado, y eso se supone que es mala publicidad, pero vaya, que son auténticas obras de arte.
Recordáis aquél de ¿Ron Bacardí? de "Me estás estresando..."
Y en cuanto a visita del Papa, de nuevo de acuerdo contigo. ¿Por qué siempre hay quién se empeña en sacar las cosas de quicio? No hay que olvidar que es un jefe de estado. ¿Se monta este pollo si viene Sarkozy?
bUENO, BESITOSS
Pepa
viendo a la panda gritona contra el Papa dan ganas de hacerse monje, viendo esos CV's de pedir asilo
Sí, yo también he recibido ese correo en el q se comparan los currícula. Sobran los comentarios. El día que me dijeron q me habían puesto de ministra a Doña Leyre, creí q me estaban tomando el pelo...
Querida Marta:este señor lo que tiene es un negocio.Fijate,empezaron en una cuadra y lo que han montado.Que curioso que cuando la gente se pregunta por tanto gasto se habla rapidamente de beneficios econòmicos,no espirituales....se ve de que pie cojean:la pasta.Escuchando todo lo de estos dias, tengo que mencionar a F.Villon "tanto amamos a Dios que huimos de la Iglesia". ¿Has leido a Villon?,deberias.
Estoy de acuerdo contigo.Las subvenciones deberian de suprimirse,todas,partidos politicos,sindicatos,las iglesias de todo tipo,asociaciones de toda clase y tanta Fundaciòn inùtil que por ahi pulula.El dinero pùblico debe ser escrupulosamente administrado.Pùblico y no pùbico.Alcaldes como el de Vicedo en Lugo han confundido el termino, el PP calla luego otorga.Por no hablar de tanto premio literario,conferencia,charla,coloquio,pregòn, que pagamos todos, para que venga el Dragò de turno a pasar el cepillo.
El talibàn de guardia
No entiendo por qué los que dicen que la Iglesia católica en España ha dejado de tener influencia pues cada vez va menos gente a misa, se preocupan tanto por lo que diga el Papa.
No entiendo por qué los progresistas abanderados de los derechos de las minorías se molestan por lo que pueda decir un señor mayor, que vive en Roma y que, según ellos, dice algo que es contrario a lo que piensa casi toda la sociedad.
No entiendo por qué los defensores y paladines de la tolerancia para todos, dejan de serlo cuando algún católico dice algo que les molesta.
No entiendo cómo un Papa anticuado, retrógado y con un mensaje que nadie comparte es capaz de reunir a tantos cientos de miles de jóvenes de todo el mundo cuando convoca una jornada de la juventud.
No entiendo el doble o triple rasero que utilizan algunos medios de comunicación, políticos o respetables ciudadanos de a pie .
En fin, que hay bastantes cosas que no entiendo.
He de confesar que aún no he leido Sombras... Ruego me perdonen, pero si es tan bueno como el resto me haré pronto con él y seguro lo disfrutaré
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