Feliz Año 2010
En primer lugar, mis mejores deseos para todos los que os pasáis por esta bitácora. Espero que 2010 os sea fructífero.
Luego, las disculpas: he estado ausente de esta página durante muchos más días de lo habitual. No ha ocurrido nada, salvo los habituales vaivenes prenavideños. Ya de vuelta, prometo no volver a desconectarme durante períodos tan largos.
Paso estos días en Lugo. Nunca he estado ausente de mi ciudad durante las Navidades. y creo, además, que es el mejor lugar para pasar estas fiestas. Lugo es una ciudad que se presta bien como telón de fondo para un paisaje navideño.
Este año, por cierto, se conmemora el ´decimo aniversario de la proclamación de la muralla romana como patrimonio de la Humanidad. El Ayuntamiento tiene intención de echar el resto para que nuestro monumento más emblemático no sea un perfecto desconocido para demasiada gente. Hablo con el alcalde Orozco para ofrecerle mi colaboración con cualquier tipo de acto promocional que quieran poner en marcha.
Asisto también a la presentación del docudrama "Araceli: unha galega contra Hitler", producido por Lugopress, y que cuenta la historia de una mujer lucense que jugó un papel esencial como esposa del espía Garbo durante la segunda Guerra Mundial. L televisión de Galicia estrenará la pieza dentro de un par de semanas Por cierto, si alguien quiere ver el trailer, puede hacerlo a través de la web de "El Progreso": www.elprogreso.es
No escribo nada, pero leo mucho: termino "Juventud americana" de Lamarche y "El Camino", de Jack London, leo "La esencia del Sake", y me sumerjo - con retraso - en la demoledora "La carretera", de Cormack McCarthy. Me sobrecoge la forma de contar lo que es ni más ni menos que una intensa historia de amor en un escenario apocalíptico. Inmenso libro que lamento haber aparcado durante tanto tiempo. Hoy he empezado con Paul Auster: sesenta estupendas páginas de una novela con muy buena pinta. Como parte de la tradición navideña, releo algunas de las aventuras de Guillermo Brown, mi personaje favorito de las lecturas infantiles. El niño inglés con sus tres fieles amigos me sigue pareciendo el mejor ejemplo de buena literatura para los más pequeños.
Como con Jorge Vivero y hablamos de libros, de escritores y de escribir. Jorge se marcha mañana a Perú, y recuerdo con él mi viaje a tierras incas el año pasado.
Con él charlo también sobre la sorprendente aparición en la navidad gallega del personaje del Apalpador, un anciano que se supone que vive en las montañas y viene a la ciudad para tocar las barrigas de los niños y comprobar que están llenas. Ni Jorge ni yo auguramos mucho éxito al personaje: no se puede improvisar la tradición.
Me visitan en casa Pablo y Mari Cruz, como con María y festejamos treinta y cuatro años de amistad duradera, todo un record. Me voy de vinos con Sonia, y otro día con Montse. El reencuentro con los viejos amigos es de las mejores cosas de estas fiestas. El tiempo no acompaña: llueve, nevisquea, hace un frío cortante y sopla un viento de norte que revuelve las nubes y sólo trae lluvia.
Veo por la televisión la apertura de la Puerta Santa, y me pregunto cómo resultará el Xacobeo de la crisis. Atrás quedan otros Xacobeos de despilfarro, de gestión más bien mediocre de mano de un señor que se creía que Carmina Burana era una famosa cantante. Quiero creer que el gabinete de Feijoó es otra cosa, que van de otro palo. Su decreto del gallego, hecho público en mitad de las vacaciones escolares, ha tenido la virtud de cabrear a unos y a otros. Ya sé que se me echarán a la yugular, pero quizá ese sea un indicio de que está bien hecho. Recuerdo una frase maravillosa que escuché una vez de boca de un político sudamericano, que decía que su constitución "no está hecha para un país de hombres, sino de ángeles". Creo que la afirmación puede aplicarse también al decreto de Feijoó con el que pretende parchear cuatro años de cafradas y abusos del bipartito. Que Santo Apostol le ayude, porque me temo que lo va a necesitar. Entretanto, yo encuentro mi particular solaz en algunas pataletas.
Ayer pasamos un nochevieja tranquila, en familia, con un menú tradicional - entremeses sencillos y pollo asado - copas de buen vino y charla hasta las tantas. Debo estar haciéndome vieja, porque la posiblidad de salir de casa para participar en una juerga de fin de año no me seduce para nada. Hoy el día se nos desliza lento y perezoso, entre picoteos de turrón y organización de las sobras de comida. La casa huele a leña y hay trozos de serpentinas por todas partes. Cuando era pequeña, esos vestigios de una noche feliz - los restos del confetti, los matasuegras estropeados - provocaban en mi lo que ahora sé que era melancolía. Durante mi infancia, las noches de fin deaño eran únicas e irrepetibles, noches que se recordaban durante todo el año, con la casa llena de gente y los tragos de champán bebidos a escondidas de los padres. Ahora reconozco que lo único que me provocan los papeluchos diseminados por la casa es un cansancio anticipado ante la perspectiva de recogerlos.
Me preguntan por mis propósitos de año nuevo. ¿Cuáles son? Ni siquiera estoy segura de tenerlos. Comienza un año incierto en muchos sentidos, con demasiadas cosas en el aire... incluso la posibilidad de cobrar o no algunos trabajos ya realizados. Pienso en las personas de mi entorno que no tienen empleo. Pienso en los muchos subsidios que se terminarán este año. En las hipotecas que no se conceden. En un puñado de situaciones desesperadas que conozco. ¿Propósitos para el 2010? Resistir. Y ya es bastante.
Luego, las disculpas: he estado ausente de esta página durante muchos más días de lo habitual. No ha ocurrido nada, salvo los habituales vaivenes prenavideños. Ya de vuelta, prometo no volver a desconectarme durante períodos tan largos.
Paso estos días en Lugo. Nunca he estado ausente de mi ciudad durante las Navidades. y creo, además, que es el mejor lugar para pasar estas fiestas. Lugo es una ciudad que se presta bien como telón de fondo para un paisaje navideño.
Este año, por cierto, se conmemora el ´decimo aniversario de la proclamación de la muralla romana como patrimonio de la Humanidad. El Ayuntamiento tiene intención de echar el resto para que nuestro monumento más emblemático no sea un perfecto desconocido para demasiada gente. Hablo con el alcalde Orozco para ofrecerle mi colaboración con cualquier tipo de acto promocional que quieran poner en marcha.
Asisto también a la presentación del docudrama "Araceli: unha galega contra Hitler", producido por Lugopress, y que cuenta la historia de una mujer lucense que jugó un papel esencial como esposa del espía Garbo durante la segunda Guerra Mundial. L televisión de Galicia estrenará la pieza dentro de un par de semanas Por cierto, si alguien quiere ver el trailer, puede hacerlo a través de la web de "El Progreso": www.elprogreso.es
No escribo nada, pero leo mucho: termino "Juventud americana" de Lamarche y "El Camino", de Jack London, leo "La esencia del Sake", y me sumerjo - con retraso - en la demoledora "La carretera", de Cormack McCarthy. Me sobrecoge la forma de contar lo que es ni más ni menos que una intensa historia de amor en un escenario apocalíptico. Inmenso libro que lamento haber aparcado durante tanto tiempo. Hoy he empezado con Paul Auster: sesenta estupendas páginas de una novela con muy buena pinta. Como parte de la tradición navideña, releo algunas de las aventuras de Guillermo Brown, mi personaje favorito de las lecturas infantiles. El niño inglés con sus tres fieles amigos me sigue pareciendo el mejor ejemplo de buena literatura para los más pequeños.
Como con Jorge Vivero y hablamos de libros, de escritores y de escribir. Jorge se marcha mañana a Perú, y recuerdo con él mi viaje a tierras incas el año pasado.
Con él charlo también sobre la sorprendente aparición en la navidad gallega del personaje del Apalpador, un anciano que se supone que vive en las montañas y viene a la ciudad para tocar las barrigas de los niños y comprobar que están llenas. Ni Jorge ni yo auguramos mucho éxito al personaje: no se puede improvisar la tradición.
Me visitan en casa Pablo y Mari Cruz, como con María y festejamos treinta y cuatro años de amistad duradera, todo un record. Me voy de vinos con Sonia, y otro día con Montse. El reencuentro con los viejos amigos es de las mejores cosas de estas fiestas. El tiempo no acompaña: llueve, nevisquea, hace un frío cortante y sopla un viento de norte que revuelve las nubes y sólo trae lluvia.
Veo por la televisión la apertura de la Puerta Santa, y me pregunto cómo resultará el Xacobeo de la crisis. Atrás quedan otros Xacobeos de despilfarro, de gestión más bien mediocre de mano de un señor que se creía que Carmina Burana era una famosa cantante. Quiero creer que el gabinete de Feijoó es otra cosa, que van de otro palo. Su decreto del gallego, hecho público en mitad de las vacaciones escolares, ha tenido la virtud de cabrear a unos y a otros. Ya sé que se me echarán a la yugular, pero quizá ese sea un indicio de que está bien hecho. Recuerdo una frase maravillosa que escuché una vez de boca de un político sudamericano, que decía que su constitución "no está hecha para un país de hombres, sino de ángeles". Creo que la afirmación puede aplicarse también al decreto de Feijoó con el que pretende parchear cuatro años de cafradas y abusos del bipartito. Que Santo Apostol le ayude, porque me temo que lo va a necesitar. Entretanto, yo encuentro mi particular solaz en algunas pataletas.
Ayer pasamos un nochevieja tranquila, en familia, con un menú tradicional - entremeses sencillos y pollo asado - copas de buen vino y charla hasta las tantas. Debo estar haciéndome vieja, porque la posiblidad de salir de casa para participar en una juerga de fin de año no me seduce para nada. Hoy el día se nos desliza lento y perezoso, entre picoteos de turrón y organización de las sobras de comida. La casa huele a leña y hay trozos de serpentinas por todas partes. Cuando era pequeña, esos vestigios de una noche feliz - los restos del confetti, los matasuegras estropeados - provocaban en mi lo que ahora sé que era melancolía. Durante mi infancia, las noches de fin deaño eran únicas e irrepetibles, noches que se recordaban durante todo el año, con la casa llena de gente y los tragos de champán bebidos a escondidas de los padres. Ahora reconozco que lo único que me provocan los papeluchos diseminados por la casa es un cansancio anticipado ante la perspectiva de recogerlos.
Me preguntan por mis propósitos de año nuevo. ¿Cuáles son? Ni siquiera estoy segura de tenerlos. Comienza un año incierto en muchos sentidos, con demasiadas cosas en el aire... incluso la posibilidad de cobrar o no algunos trabajos ya realizados. Pienso en las personas de mi entorno que no tienen empleo. Pienso en los muchos subsidios que se terminarán este año. En las hipotecas que no se conceden. En un puñado de situaciones desesperadas que conozco. ¿Propósitos para el 2010? Resistir. Y ya es bastante.
Etiquetas: Año Nuevo, Año Santo, Cormack McCarthy, Decreto del Gallego, Feijoo, La carretera, Muralla de Lugo
9 comentarios:
Me alegra que el nuevo año te haya traído de vuelta sana y salva.
Feliz 2010. Que tus buenos deseos te sean devueltos multiplicados por mil. Y que resistamos. En la medida de lo posible.
Un fuerte abrazo.
"No se puede improvisar la tradiciòn".Menos mal que los directivos de Coca Cola no han seguido tus consejos.Los balcones de media Spain estàn llenos de "ese gordo,borracho,vestido de rojo" (segun la Copera Cristina Von Chifling).Les sugiero a los promotores del Apalpador,que contacten con una multinacional.Un retoque por aqui y otro por alli y en cuatro dias, otra tradiciòn mas.
"El taliban de guardia"
no comparto,
eso no era melancolia era aburimiento hartazgo,como cuando los que no drmiamos siesta veraniega,aunque fuese tres dias la teniamos que dormir por contemporizar con nuestros huespedes,
que tedio (ha dicho tedio ha dicho tedio)
tras la ventana las salinas chisporroteban con el calor y parecian hablar de presagios mientras en la estancia amplia de cuartos separados sin puerta habia una frustracion latente entre los mayores y confusion entre los pequeños,quiza a estos se nos escapase que era deseo latente (ha dicho deseo ha dicho deseo),la segunda tarde paso cantando un joven (ha dicho joven ha dicho joven) con unos aperos quiza fuese el mas proletario de los proletarios el puteado sin derecho a siesta,o alo mejor no y el individuo mas libre de los contornos y por eso cantaba tan tranquilo,porque no le daba la gana de dormir siesta,provoco risa y de ahi lo demas y despues abajo con esa pantomina de siesta obligatoria etcetera y aqui (ha dicho aqui ha dicho aqui) hay bastante vigilante de siestas vaya por dios
¿Mi deseo para 2010?... una nueva historia de Marta Rivera de la Cruz... jajaja. Te deseo mucho éxito en lo profesional y mucha felicidad en lo personal. Un abrazo.
Marta: yo tb tengo un pequeño deseo relacionado contigo, seguir leyéndote, y si es degustando tu nueva y ansiada hornada, no digamos!
(Un biquiño para o Talibanciño: que no´10 siga en guardia)
FELIZ AÑO MARTA
Cristina.
Yo creo que el tio ese más que talibán es masoquista: según colgaste el blog, ya estaba entrando a decir gilipolleces. No sé que hab´ra hecho todos estos días que no hubo entradas. Por cierto, espero que entre tus buenos propósitos esté escribir más amenudo.
Abrazos
Tesi
Feliz resistencia
Feliz año, felices reyes y tienes mi ayuda para preparar las trincheras de la resistencia.
"No se puede improvisar la tradición". Hay que conocer la cultura de tradicion oral tan ligada a la lengua propia de un pueblo, cosa que veo que tú desconoces. No tengo muchos más años que tú, y recuerdo que todos los años en la cena del 31 de diciembre, mi abuelo nos decía: "comede neniños que esta noite ven o apalpabarrigas e ten que atopar esa barriguiñas ben chea". Claro que a lo mejor esa tradición es un poco "paleta" en castellano, y esmejor olvidarla y enterrarla.
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