La prensa
Esta fue una buena semana. El miércoles, viaje relámpago a Salamanca para un encuentro con estudiantes. Acogida estupenda, afecto de Paqui y de Elena, un refrigerio agradable en la cafetería de la facultad por cortesía de Román, decano de la Facultad y estupenda persona. Me encuentro, además, con dos novelas que me entusiasman: "La profesora de piano" y "Un lugar llamado Goldengrove", de la para mí desconocida Francine Prose. Los editores de Duomo están haciendo un extraordinario trabajo a la horade rescatar buena literatura americana para el mercado español.
La semana me la estropea la prensa.Cuarto poder, dicen. O algo peor. Quizá dentro de unos años, en las facultades de periodismo se estudie esta como la semana horribilis de la prensa española.
Hablo, claro, del editorial unánime de los diarios catalanes en defensa de un Estatuto que estudian con la celeridad de una tortuga 12 hombre y mujeres presumiblemente justos. Para condicionar su trabajo, para inclinar la balanza, publican los periódicos de Cataluña un editorial a toque de caja, todos igualitos, todos de la mano.
La prensa unánime me asusta. En el franquismo todos los periódicos decían lo mismo, y así iban las cosas. La prensa debe ser heterogénea, dispar, distinta, mutuamente beligerante. En estos años de democracia, sólo los directores de los periódicos habían coincidido en la necesidad de unificar sus portadas para dar un solo mensaje desesperado: cuando Miguel Ángel Blanco fue secuestrado. Entonces, los directores periódicos se tragaron sus egos y lanzaron un grito común. Años después se repite la historia, pero con un fin bastante menos noble: el de injerir en las más altas instancias de la judicatura.
No me parece bien. Y, además, no me parece muy habilidoso. Han puesto en un brete de aúpa a los señores del constitucional que, por cierto, no tienen que responder sólo ante los ciudadanos de Cataluña - más de la mitad de los cuales, por cierto, ni siquiera acudieron a votar el Estatuto - sino ante la práctica totalidad de ciudadanos del Estado a quienes el documento les parece - nos parece - un compendio del disparate o, como diría Voltaire, "una forma de egoísmo colectivo".
La editorial de marras ha dejado a los pies de los caballos a los chicos de María Emilia Casas - con quien compartí hace tres años un horrendo vuelo entre Barcelona y Madrid, con el avión dando tumbos y las bebidas desparramándose por el pasillo - . Si estos chicos catalanes fuesen un poco más listos - no digo yo que sean tontos, pero es que no son tan espabilados como ellos se creen - hubiesen ejercido su presión de forma más sutil y más sibilina, permitiendo así a los del TC el cínico ejercicio de nadar y guardar la ropa. Ahora ya no pueden hacerlo.
No fue el títular a veititantas manos la última cagada de la prensa. También lo fue el caso espantoso de la niña muerta en Tenerife, de cuyo asesinato y violación se acusaba al novio de su madre. El presunto fue fotografiado, vilipendiado, insultado, juzgado y condenado por la opinión pública por obra y gracia de un buen montón de insensatos - médicos, policías, periodistas - que no respetaron ni por un segundo la presunción de inocencia. Hecha la autopsia se reveló el error: la muerte de la niña se reveló un accidente. No había violación. No había señales de maltrato. Las supuestas quemaduras de cigarro eran síntomas de una urticaria leve. ¿Quién fue entonces el imbécil que habló de señales inequívocas de abusos sexuales? ¿Un médico, un policía? Y, fuese quien fuese el insensato ¿quién dio vara alta para que los medios ofreciesen a toda página, a toda plana, la imagen del supuesto con nombres y apellidos? ¿En manos de quien estamos? Y, lo que es peor ¿cuándo hemos perdido hasta el último átomo del sentido común que nos aconseja defender la presunción de inocencia?
Y eso va también por mí, que el otro día deseaba todas las penas del infierno no sólo para el "agresor" de la niña, sino para la hija de la gran p... que había parido a la niña y optaba por defender asu novio violador.
El mundo, nuestro mundo, está manejado por una legión de incompetentes: los médicos que confunden una urticaria con una quemadura de pitillo; los policías que filtran informaciones sin contrastar; los periodistas que difunden esas informaciones; los directoresde periódico que no se lo piensan ni un minuto a la hora de publicar la foto sensacionalista de un pobre desgraciado que estaba en el sitio que no era en el momento equivocado. Y luego estamos nosotros, adocenados, idiotas, que hemos dejado que eliminen nuestra capacidad crítica y nos hemos convertido en borregos.
Es como para estar contenta.Sobre todo porque en ciertos terrenos - prensa y política - la sociedad tiene lo que merece.
La semana me la estropea la prensa.Cuarto poder, dicen. O algo peor. Quizá dentro de unos años, en las facultades de periodismo se estudie esta como la semana horribilis de la prensa española.
Hablo, claro, del editorial unánime de los diarios catalanes en defensa de un Estatuto que estudian con la celeridad de una tortuga 12 hombre y mujeres presumiblemente justos. Para condicionar su trabajo, para inclinar la balanza, publican los periódicos de Cataluña un editorial a toque de caja, todos igualitos, todos de la mano.
La prensa unánime me asusta. En el franquismo todos los periódicos decían lo mismo, y así iban las cosas. La prensa debe ser heterogénea, dispar, distinta, mutuamente beligerante. En estos años de democracia, sólo los directores de los periódicos habían coincidido en la necesidad de unificar sus portadas para dar un solo mensaje desesperado: cuando Miguel Ángel Blanco fue secuestrado. Entonces, los directores periódicos se tragaron sus egos y lanzaron un grito común. Años después se repite la historia, pero con un fin bastante menos noble: el de injerir en las más altas instancias de la judicatura.
No me parece bien. Y, además, no me parece muy habilidoso. Han puesto en un brete de aúpa a los señores del constitucional que, por cierto, no tienen que responder sólo ante los ciudadanos de Cataluña - más de la mitad de los cuales, por cierto, ni siquiera acudieron a votar el Estatuto - sino ante la práctica totalidad de ciudadanos del Estado a quienes el documento les parece - nos parece - un compendio del disparate o, como diría Voltaire, "una forma de egoísmo colectivo".
La editorial de marras ha dejado a los pies de los caballos a los chicos de María Emilia Casas - con quien compartí hace tres años un horrendo vuelo entre Barcelona y Madrid, con el avión dando tumbos y las bebidas desparramándose por el pasillo - . Si estos chicos catalanes fuesen un poco más listos - no digo yo que sean tontos, pero es que no son tan espabilados como ellos se creen - hubiesen ejercido su presión de forma más sutil y más sibilina, permitiendo así a los del TC el cínico ejercicio de nadar y guardar la ropa. Ahora ya no pueden hacerlo.
No fue el títular a veititantas manos la última cagada de la prensa. También lo fue el caso espantoso de la niña muerta en Tenerife, de cuyo asesinato y violación se acusaba al novio de su madre. El presunto fue fotografiado, vilipendiado, insultado, juzgado y condenado por la opinión pública por obra y gracia de un buen montón de insensatos - médicos, policías, periodistas - que no respetaron ni por un segundo la presunción de inocencia. Hecha la autopsia se reveló el error: la muerte de la niña se reveló un accidente. No había violación. No había señales de maltrato. Las supuestas quemaduras de cigarro eran síntomas de una urticaria leve. ¿Quién fue entonces el imbécil que habló de señales inequívocas de abusos sexuales? ¿Un médico, un policía? Y, fuese quien fuese el insensato ¿quién dio vara alta para que los medios ofreciesen a toda página, a toda plana, la imagen del supuesto con nombres y apellidos? ¿En manos de quien estamos? Y, lo que es peor ¿cuándo hemos perdido hasta el último átomo del sentido común que nos aconseja defender la presunción de inocencia?
Y eso va también por mí, que el otro día deseaba todas las penas del infierno no sólo para el "agresor" de la niña, sino para la hija de la gran p... que había parido a la niña y optaba por defender asu novio violador.
El mundo, nuestro mundo, está manejado por una legión de incompetentes: los médicos que confunden una urticaria con una quemadura de pitillo; los policías que filtran informaciones sin contrastar; los periodistas que difunden esas informaciones; los directoresde periódico que no se lo piensan ni un minuto a la hora de publicar la foto sensacionalista de un pobre desgraciado que estaba en el sitio que no era en el momento equivocado. Y luego estamos nosotros, adocenados, idiotas, que hemos dejado que eliminen nuestra capacidad crítica y nos hemos convertido en borregos.
Es como para estar contenta.Sobre todo porque en ciertos terrenos - prensa y política - la sociedad tiene lo que merece.
Etiquetas: Duomo Editores, La maestra de piano, prensa catalana, prensa española, Un lugar llamado Goldengrove
10 comentarios:
ole, ole y ole
¡Qué corto fue lo de Salamanca! Un poco más de una hora; creo que se hizo más para promocionar lo de Booket y como excusa tratar sobre tu libro.
Estuve por decirte que no me pareció bien que afirmases que la literatura sirve para divertir. Algo más tendrá sino habría titulación en juegos de mesa.
Me gusta que pongas a caldo a lo de Cataluña. A ver cuánto tarda en darse la paradoja de que te tachen de fascista o con otros eufemismos (como odio a veces España)
Lo de la presunción de inocencia es algo a lo que he tenido temor en mi inconsciente. Que un día te acusen de algo que no has hecho acarrea una imagen social nefasta de la que será muy difícil que te desprendas el resto de tu vida. En relación a esto se me viene a la cabeza la película "Huracan Carter", una vergüenza lo que puede ser la injusticia y, además, el odio irracional.
Un saludo.
Totalmente de acuerdo. Mándame lo de Nueva York, please, será muy útil. Bss.
Santiago FR (Donsion - Fontao)
Desde la mina.
La literatura es una de las mas hermosas formas de expresarse el alma.
En una cadera de negligencias se puede depurar unos responsables de un error en la cadena... pero como creo que ya defendí en alguna otra ocasión...lo de los periodistas no es un error...es una mala utilización sistemática y consciente de la utilización de su escaparate para vender...a costa de lo que sea...y así vemos imagenes en telediarios que solo sirven para vender, sin ningun valor informativo, portadas con titulares no contrastados, destrucción sistemática de la imagen de personas con nombres y apeyidos coyo único propósito es ...vender ejemplares, mayor turada, aumentar los indices de audiencia...sin credibilidad profesinal... Cuantos malas programas de Tv entre sus participantes se escudan en "soy periodista, un profesional" para decir cuanto les viene en gana, sin contrastar la noticia, sin datos, sin nada... Falta rigor, falta profesionalidad sistemática en el periodismo, y este engloba todo, los propios periodistas, redactores, directores...todos.
Un abrazo desde la mina.
Santiago FR
En cuanto a lo del caso de la niña, no hago más que suscribir lo que tú dices, punto por punto. Y en cuanto a lo de Cataluña y su estatuto, que no es, ni mucho menos un hecho aislado, ni es sólo en Cataluña, ni, ni... ¿No podríamos convertirnos de una santa vez en un estado federal?
A lo mejor, no le hicieron un TAC para ahorrar por mandato administrativo;pasa todos los días .
A lo mejor ya fueron a por él a detenerlo, para ahorrar por mandato de la Ley de género (discriminación muuuuuy positiva para la mujer y todo lo contrario para el hombre).
A lo mejor, la garganta profunda ya no podía más y soltó la filtración a su colega periodista por ahorrar espacio en su boca .
A lo mejor el Director del periódioco les pidió "más madera" para ahorrar despidos .
Alo mejor quien debe aplicar la Ley de Proitección de Datos, estaba bajo mínimos para ahorrar_mientras hurga en los de la oposición_.
A lo mejor quien debe aplicar la Ley de Presunción de Inocencia, estaba pluriemplead@ en otros asuntos más rentables políticamente, para ahorrar .
Aplicando el sentido común, añadido a la profesionalidad de cada escalón pringado en el asunto,a lo mejor nos podríamos ahorrar este bochorno y el miedo que queda después, a que una de las olas de incompetencia que nos invade, nos lleve a todos por delante, para convertirnos en un comentario de texto .
SEito.
Pobre niña. Primer error: una negligencia médica. Los siguientes, ya los conocemos también.
Cristina.
semana fatidica de los medios es poco..
Lo que más me asusta son los comunicados de rectificación y petición de excusas que han hecho los periódicos.
¿..?
Precisamente por eso. Porque no he visto ni uno. Las culpas a los médicos, o a quien sea, pero.. Oiga yo no he dicho eso..., y además puse presunto; A mi me dijeron de buena fuente...
Espero que, al menos, acaben soltando todos una buena pasta como indemnización.
Muy buen articulo en el pais semanal, Marta!!!!!!!!!!!!!
La historia de Araceli y su marido espia,me ha gustado mucho y me ha parecido muy interensante.Me ha hecho mucha ilusion ver tu nombre. Felicidades.Me llamo Pilar.
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