Silencio
Mientras escribo, mi casa flota en un caro silencio que se romperá dentro de tres horas cuando tenga lugar la última sesión de las fiestas del orgullo gay. Cinco días con sus noches de uso y abuso de espacio público, borrachera colectivas - pero ¿no estábamos todos contra el botellón? - meadas varias y provocación constante de las más elementales normas de seguridad ciudadana. Estos días, la Plaza de Chueca congrega a muchísimas más personas de las que recomendaría el sentido común. El ayuntamiento de Madrid aseguró que el año que viene se llevaría las fiestas a otra parte, pero claro, con la COGAM hemos topado. Ya han salido en tromba diciendo que de aquí no los mueve nadie, faltaría más, y Ana Botella - ya sabéis, aquella señora que no quería mezclar peras con manzanas - se la envainó y dijo que sí, que muy bien, que hay que respetar a todos y que las fiestas se celebrarán en Chueca mientras los gays así lo quieran.
Pues yo voy a corregir a Ana Botella: las fiestas se celebrarán en Chueca hasta que ocurra una desgracia que se lleve al otro barrio a un número por determinar de ciudadanos. Porque el día en que aquí pase algo, sea lo que sea, ni el mismo arcángel san Gabriel va a poder evitar la tragedia. El aforo de la plaza de Chueca, auténtica ratonera de la que no hay salida, se convertirá en el escenario de un desastre cuyas proporciones sólo puede aventurar el que, como yo, haya visto la escena desde el dudoso privilegio de un´balcón sobre la plaza. El día que esa desgraciaocurra - y desde aquí vaticino que es cosa de tiempo - habrá que ver a los chicos de la COGAM, concejales y alcalde echarse la culpa los unos a las otros. Pero la culpa la tendrán todos, que con una impresionante falta de resposabilidad juegan cada año con el fuego de la suerte para que nadie pueda decir que no son progres.
Aprovechando los ratos de silencio, he leído "Esperando a Robert Capa", de Susana Fortes. Una novela preciosa que recomiendo. Hace tiempo que os sugería la lectura de "Los Baldrich", de Use Lahoz, otra gran novela. Anteayer, su autor me mandaba un correo electrónico para agradecerme su apoyo. Para que luego digan que los autores nos llevamos mallos unos con los otros. Ahora tengo otros dos libros pendientes antes de empezar con el manuscrito de un amigo.
Mañana, comida con Edu Vilas y Miguel Roig, del Hotel Kafka, para hacer planes de cara al año que viene. Comeremos, como siempre, en DeMaría, y esta vez yo llevaré un vino que quiero que prueben: Initio, de la Bodega Moradas de San Martín. Una exquisitez que empieza a distribuirse estos días y que os recomiendo con la misma viveza que cualquier buen libro.
Remato mis planes de vacaciones: después de pasar unos días en Galicia, me iré con Marcial a la Costa Dálmata. Nos esperan ciudades increíbles y un mar, el adriático, cuyo color azul no se parece al de ningún otro mar que yo haya visto. Falta poco, pero me sigue pareciendo que falta mucho.
Pues yo voy a corregir a Ana Botella: las fiestas se celebrarán en Chueca hasta que ocurra una desgracia que se lleve al otro barrio a un número por determinar de ciudadanos. Porque el día en que aquí pase algo, sea lo que sea, ni el mismo arcángel san Gabriel va a poder evitar la tragedia. El aforo de la plaza de Chueca, auténtica ratonera de la que no hay salida, se convertirá en el escenario de un desastre cuyas proporciones sólo puede aventurar el que, como yo, haya visto la escena desde el dudoso privilegio de un´balcón sobre la plaza. El día que esa desgraciaocurra - y desde aquí vaticino que es cosa de tiempo - habrá que ver a los chicos de la COGAM, concejales y alcalde echarse la culpa los unos a las otros. Pero la culpa la tendrán todos, que con una impresionante falta de resposabilidad juegan cada año con el fuego de la suerte para que nadie pueda decir que no son progres.
Aprovechando los ratos de silencio, he leído "Esperando a Robert Capa", de Susana Fortes. Una novela preciosa que recomiendo. Hace tiempo que os sugería la lectura de "Los Baldrich", de Use Lahoz, otra gran novela. Anteayer, su autor me mandaba un correo electrónico para agradecerme su apoyo. Para que luego digan que los autores nos llevamos mallos unos con los otros. Ahora tengo otros dos libros pendientes antes de empezar con el manuscrito de un amigo.
Mañana, comida con Edu Vilas y Miguel Roig, del Hotel Kafka, para hacer planes de cara al año que viene. Comeremos, como siempre, en DeMaría, y esta vez yo llevaré un vino que quiero que prueben: Initio, de la Bodega Moradas de San Martín. Una exquisitez que empieza a distribuirse estos días y que os recomiendo con la misma viveza que cualquier buen libro.
Remato mis planes de vacaciones: después de pasar unos días en Galicia, me iré con Marcial a la Costa Dálmata. Nos esperan ciudades increíbles y un mar, el adriático, cuyo color azul no se parece al de ningún otro mar que yo haya visto. Falta poco, pero me sigue pareciendo que falta mucho.
Etiquetas: Ana Botella, Chueca, Hotel Kafka, Initio, Moradas de San Martín, Orgullo Gay
20 comentarios:
Si te vas a vivir a la plaza de Chueca ya sabes lo que hay, si buscas un sitio tranquilo y silencioso, no sé cómo se te ocurre irte a vivir allí. Es de sentido común. Ahora es muy cool despotricar sobre estas fiestas, es lo último, buaj, una vulgaridad, horroroso!! Que modernos somos todos.
¡Andá!, qué cool, como dicen algunos... Ahora va a resultar que la normativa urbanistica en cuestiones de decibelios, salubridad pública y convivencia están out total y sólo sirven para pasárselas por el forro los testículos. Que lo ilícito, vergonzante y reprochable no va a ser montar escándalo en la calle sino vivir en la calle en la que se monta el escándalo.
Pero cuanto tonto...
Mira, yo no sé si es cool o no es cool. Vivo en Chueca porque me encanta el barrio, y me quejo porque tengo todo el derecho del mundo. Aquí lo moderno es consentir que se reunan cincuenta mil personas en una plaza pequeña y sin salidas. El día que haya una avalancha, o una pelea en condiciones, morirán media docena de parroquianos, y entonces todo el mundo buscará a quién echar la culpa. No estoy en contra de las fiestas, ni de esta ni de ninguna, pero el Orgullo se ha desmadrado y hacer como que no pasa nada es una irresponsabilidad como la copa de un pino
Pedro de Paz, haga honor a su apellido,por favor no insulte por no pensar como usted que yo no he insultado a nadie. Yo simplemente pienso que si voluntariamente uno se va a vivir a una zona donde ya sabe que se expone a ruidos y acumulaciones (véase plaza de Chueca, plaza Mayor, Bernabeu, plaza de toros de las Ventas)luego no debe de indignarse por encontrarse con lo que ya todos sabemos que se cuece en días de partido, concierto, fiestas populares, etc. El barrio no va a cambiar por tí, tu deberías o adaptarte o sopesar si te compensa vivir allí. Eso es todo, sin intención de ofender a nadie con mi opinión.
Sobre la polémica de Chueca:
El anónimo que encabeza esta serie de comentarios no conoce el barrio. Chueca es un sitio muy tranquilo 360 días del año y se desmadra únicamente en estas fechas, pero no por los vecinos ni por los gays o las lesbianas, sino por una mayoría de gente que viene de fuera de la zona y con la disculpa de las jornadas del orgullo convierte aquello en una cuadra. Esa es la única realidad; todo lo demás es hablar por hablar.
Creo que Anónimo tiene parte de razón. Aquí sois muy suspicaces, ¿eh?
Marta, ¿no has pensado en mudarte? La plaza de Chueca es un horror, incluso sin esta fiesta. A mí me abrumaría pensar que voy a encontrarme en el portal a un montón de gente, que a lo mejor están sentados ahí y yo tendré que abrirme paso. Que tengo que salir para cualquier cosa y voy a encontrarme todo lleno. No sólo es el ruido, sino la presencia masiva.
¿Para qué quieres vivir en esa plaza? Te juro que es uno de los últimos sitios a los que me iría a vivir, pero por todo, por la suciedad, por la gente, por el ruido.
¿¿¿Chueca tranquila 360 días al año??? Siempre que paso por esa plaza hay gente tirada ahí, bebiendo y hablando.
Para quien dice que no conozco la zona, le diré que viví un año en la calle Augusto Figueroa hasta que no aguanté más y me mudé.Quién dice que Chueca es un barrio tranquilo seguro no lo conoce, quizás a las 10 de la mañana entre semana (que tampoco con los camiones de carga y descarga que colapsan aceras y coches impacientes que pitan)pero de miércoles a domingo durante todo el año es el caos.
No hace falta ser cool anónimo para sentir los negativos efectos de, como usted ha dicho, una vulgaridad. Vivo en Hortaleza 72, con balcones a calle. Esta noche no he pegado ojo. Un grupo de alocadas chicas cantaban: "hijoputa, cabrón, comeme el pollón", canela fina. Antes había oido voces, griterío, relativos a "rabos, nabos, ojete",¡qué diplomacia!. El sábado venía de cenar en Almirante y llegamos como pudimos, abriéndonos paso entre el gentío. Mi portal, potado y meado. Gente bebiendo en el descansillo. Por favor, recoged luego las botellas, los vasos. Respuesta: qué, vas a llamar a la policía. No, me voy a tu portal a montar un botellón. Risas de burla. Indignación. Ahora me permito yo una vulgaridad: he acabado hasta los huevos.
Anda, que cómo se está poniendo esto!!
Conozco mi barrio porque llevo tres años viviendo en él, voluntariamente por cierto. es un sitio agradable, tranquilo entre semana y algo desmadrado en viernes y sábado. jamás me he quejado de los ruidos ni de la gente: es lo que hay.
Me quejo de que en una ciudad donde las ordenanzas en materia de seguridad son a veces ridículamente estrictas, se consienta el desparrame que se monta aquí. Me quejo de que no haya control alguno sobre los decbelios del tinglado. Y me quejo porque incluso las vísperas e días laborables se arme aquí un sindiós hasta las tres de la madrugada. Y como, al igual que todo el mundo, pago impuestos y cumplo con mis obligaciones, me quejohasta donde puedo.
Vivo en Chueca, soy homosexual y tengo cuarenta y cinco años, y no me queda ms remedio que darle la razón a la autora, este fin de semana la cosa se nos fue de las manos, y puedo deciros de buena tinta que incluso los organizadores estabanasustados, pues si llega a pasar cualquier cosa, en la plaza hay muertos. Yo también creo que hay que replantearse el asunto, porque hasta ahora ha habido suerte y no ha pasado nada, pero el día que se nos acabe, nos cargamos las fiestas del Orgullo para siempre y le daríamos al ayuntamieto del PP un arma para suprimirlas, que en el fondo es lo que les gustaría.
¿Estáis en contra del Ayuntamiento del PP?
Resulta un poco raro lo que dices porque tradicionalmente el PP gana ahí, en esa zona, por mayoría absoluta.
Pues no se si tienen mayoría absoluta en la zona. A lo mejor sí, pero no gracias mi voto. Me gusta Gallardón, pero no soporto a su segunda. Y la verdad es que, en cuanto a orden, el barrio está súper abandonado, a lo mejor porque creen que aquí sólo viven locas y viejecitos.
¿Te gustan más Aído o Leire, que las sacudes y caen bellotas?
No seré yo quien rompa una lanza a favor de Bibiana ni de Leire Pajín,pero lo cierto es que en la falta de control policial sobre Chueca tienen bien poco que rascar. Los fines de semana esto ed un desbarre, y la culpa es del ayuntamiento, que pasa de todo. Y el Ayuntamiento de Madrid, por mor de los votos mayoritarios de los madrileños - incluídos los vecinos de Chueca - está ahora en manos del PP. Al césar lo que es del César, y la responsabilidad, para el que la tiene. Que no son ni Aído, ni Pajín, ni Pepiño, ni Zapatero
Al anónimo fiestero: no se trata de adaptarse ni de no adaptarse a la zona donde vivas. Se trata de que existen una serie de normativas, que no deberían estar legisladas sino ser de sentido común, que deberían impedir que cuatro imbéciles te canten una serenata a las cuatro de la mañana bajo tu terraza y se meen en tu portal, ya vivas en Chueca o en los Monegros. "Civismo" se llamaba eso la última vez que lo consulté. Y nada tiene que ver con el derecho a celebrar el día del Orgullo Gay o la fiesta de los Adventistas del Septimo Día con Botas de Agua.
Y que encima vengan a decirte que la culpa la tienes tú por vivir donde vives... Ya lo que faltaba.
Pedro de Paz: Usted no ha leído mi comentario, o no lo ha entendido. No echo la culpa a Marta por que la gente se comporte de manera no cívica, pero es una realidad que desgraciadamente donde un millón de personas se reunen para celebrar, siempre habrá algunos incívicos que se meen en los portales. En la normativa de ruidos siempre habrá excepciones con ocasión de procesiones de Semana Santa, manifestaciones, fiestas populares, etc. Mi argumento es que si te vas a vivir a Bourbon St en el French Quarter de Nueva Orleans porque te encanta el barrio, no te sorprendas porque en Mardi Grass tu calle es el caos ni pretendas que cambien la ubicación del Carnaval. Es lo que hay. Lo aceptas o te mudas. El mundo perfecto a medida del gusto de cada uno no existe
Anonimo: creo haber entendido perfectamente su comentario original y, particularmente, el tono con el que fue hecho. Ni la Semana Santa, ni Carnaval, ni las fiestas populares, ni las celebraciones, ni cualquier otro tipo de manifestación festiva es argumento suficiente para conceder "patente de corso" a nadie. Y mucho menos aún cuando la instauración de dicha manifestación festiva resulta POSTERIOR a la fecha en la que se comenzó a residir en el lugar donde se produce -que no es el caso de Marta pero sí el de muchos de los vecinos de la zona-. Considero que sugerir estoicismo a esa gente por "vivir donde lo hacen" es una boutade como un templo, de la misma manera que entendería perfectamente que usted protestase si yo mañana decido instaurar el "Día del orgullo de los escritores borrachos" y decidiese que el principal bastión y lugar de celebración, alegría y alharacas fuese el descansillo de su casa. No sólo entendería que protestase. Incluso entendería que se acordase de mis muertos. En orden conológico descendiente.
Lo de Chueca ya es pasado.
¿Y cuando sale lo de Amsterdam?
El reportaje de Woman sale dentro de unos diez días, en el número de agosto. Ya avisaré, no creo que resista la tentación.
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